En la prehistoria había chamanes que abrían agujeros en los cráneos de sus ‘pacientes’ con una piedra como remedio curativo. Afortunadamente, la evolución de nuestra especie ha hecho que la cosa cambie radicalmente. Ahora, si hay que abrir una escisión en nuestra cabeza todo está controlado. ¡Y no solo durante la operación! Además, gracias a los dispositivos cerebrales inalámbricos, los médicos pueden controlar cada variable de nuestra salud en tiempo real prácticamente sin que nos demos cuenta. La cosa ha avanzado una barbaridad y hoy venimos precisamente a eso, ¡a contaros la novedades que se han ido descubriendo en este sentido durante los últimos años!

¿Qué son los dispositivos cerebrales inalámbricos?

Hay ocasiones en las que un problema de salud hace que los profesionales médicos necesiten monitorizar la actividad de nuestro cerebro y nuestro sistema nervioso. Además, el hecho de que nuestra sociedad cada vez envejezca más tiene una doble lectura.

  • Por un lado es positivo porque vivimos más tiempo.
  • Por el otro, nuestro cuerpo se deteriora bastante más que el de nuestros antepasados. El organismo humano no está preparado aún para alargar su vida durante tanto tiempo. Por eso, hasta que encontremos la forma de prepararlo para ello, lo normal es que el porcentaje de personas con problemas cerebrales vaya en aumento.

Nuestras neuronas no siempre funcionan como debieran, y hasta hace unos años la única forma de controlar su actividad era con la implantación de dispositivos bastante incómodos. Por fortuna, la aparición en escena de los dispositivos cerebrales inalámbricos ha ido cambiando las normas del juego. ¿Llevar insertado en la cabeza un aparato electrónico con conectividad wifi, bluetooth y sin ningún tipo de cable que lastre nuestra actividad habitual? Creednos, no solo es posible, sino que a día de hoy son toda una realidad. Con ellos se consigue no solo aumentar la fiabilidad de los datos, sino mejorar enormemente la calidad de vida del sujeto de estudio. ¿Y cómo se alimenta un aparato que está dentro de nuestra cabeza? Hasta hace poco, la forma más factible de hacerlo era mediante baterías. Sin embargo, con el avance de la tecnología inalámbrica, a día de hoy es posible recargar su autonomía mediante cargadores sin conexión física. Cero cables, cero interrupciones, ¡cero problemas a la hora de recoger datos que ayuden a los especialistas a dilucidar qué nos está ocurriendo en una de las zonas de más difícil acceso de nuestro cuerpo!

Usos de los dispositivos cerebrales inalámbricos

Como ya os hemos comentado, controlar los circuitos de nuestro cerebro es una necesidad cada vez más imperiosa para garantizar nuestro bienestar. Sobre todo llegados a ciertas edades. Pero además, necesitábamos empezar a hacerlo más allá de estar sentados en estado de reposo y unidos a una máquina mediante su cableado. Estaba claro que los resultados obtenidos mediante este método no eran 100% fiables, puesto que en nuestra vida hacemos otras muchas acciones, bastante distintas, que implican otro tipo de actividad por parte de nuestra materia gris. Esto hacía imperioso el hecho de encontrar una solución, y esa es precisamente una de las principales ventajas de los dispositivos cerebrales inalámbricos. Nos permiten movernos con libertad, realizar nuestras tareas cotidianas con total normalidad, y ahí es precisamente donde a los facultativos les interesa estar. Ver cómo reaccionan nuestras conexiones cerebrales a lo largo de un periodo prolongado resulta clave para determinar dónde puede estar el problema y actuar en consecuencia. Y eso ha sido posible gracias a las investigaciones que han dado lugar a los dispositivos cerebrales inalámbricos, desde luego. Pero este tipo de ingenios no se limitan únicamente a recoger datos, que ya es una utilidad absolutamente impresionante. Ahora, además, están diseñados específicamente para garantizar una convivencia exitosa con nuestros tejidos vivos y, todavía más alucinante, son capaces de interactuar con nuestras neuronas gracias a la emisión de luz LED desde emisores micrométricos. Es decir, ya no solo se utilizan para obtener información, sino que los facultativos pueden interactuar con ellos en tiempo real para conseguir un resultado instantáneo. Sin operaciones, sin tener que abrir la cabeza, desde un dispositivo móvil equipado con una app pensada únicamente para este menester. Puede que no tengamos coches voladores aún, pero si esto no es el futuro… ¡nosotros ya no sabemos qué es!

Ventajas y desventajas

La proliferación de este tipo de tecnologías siempre conlleva tener que hablar de pros y contras. Unas ventajas y desventajas de los dispositivos cerebrales inalámbricos que no se pueden obviar, pero en las que pensamos firmemente que las cosas buenas superan a las malas por goleada.

  • Para empezar, ya hemos dicho que los resultados ofrecidos por este tipo de aparatos son más fiables que nunca. Los llevamos en todo momento y hacemos nuestro día a día de forma normal con ellos. Esto hace que los datos recogidos por el dispositivo sean tremendamente realistas, ¡como la vida misma!
  • El no tener que cambiar de rutinas ayuda al paciente a no estancarse. A no ser que su afección requiera de una baja médica inmediata, podrá seguir trabajando o desarrollando algunos de sus hobbies sin ningún tipo de problema.
  • El hecho de que los últimos modelos estén pensados para funcionar durante periodos de tiempo prolongados hace que sean más cómodos que nunca. Ya no hay que ir a ver al médico más de lo estrictamente necesario. ¡Y cargarlos de forma inalámbrica se ha convertido en un juego de niños!

En el otro lado de la balanza, lo único realmente negativo que encontramos es que habrá quien considere poco apropiado implantar en su cabeza dispositivos para el correcto funcionamiento cerebral. Por suerte, las generaciones más mayores están aprendiendo a adaptarse fenomenalmente a las nuevas tecnologías, por lo que será una cuestión meramente de tiempo. Al final, cuando una persona tiene un problema que le afecta de forma preocupante, lo que menos suele importarle son las connotaciones que puedan tener las soluciones que se les ofrecen. Además, la mayoría de ellas saben que los médicos solo quieren lo mejor para ellas, ¡así que lo más probable es que muy pronto veamos estos dispositivos cerebrales inalámbricos completamente normalizados!