Inestabilidad laboral, trabajos precarios, nuevos comportamientos sociales... Son muchas las razones que explican que cada vez se retrase más la maternidad en nuestro país. España es, de hecho, uno de los países europeos con una maternidad más tardía y donde se dan más casos de madres primerizas que ya han superado los 40 años. No hace tanto, era extraño que alguien tuviera hijos más allá de la veintena pero ahora es todo lo contrario y la maternidad, habitualmente, se retrasa hasta la franja de los 30-35 años, o incluso más. Por eso, para preservar la fertilidad, cada vez más mujeres recurren a técnicas como la congelación de óvulos, también llamada vitrificación, un método que ha experimentado un importante incremento en los últimos años. Según datos de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), entre 2014 y 2020 un 27% más de mujeres recurrió a esta técnica.
¿Qué es la congelación de óvulos?
La vitrificación o congelación de óvulos es una técnica de reproducción asistida que permite preservar la fertilidad a las mujeres que desean posponer su maternidad, por lo general, más allá de los 40 años. Según un informe, las probabilidades de una mujer de más de 35 años de quedarse embarazada son del 60% pero ese porcentaje desciende considerablemente con el paso de los años, incrementando también los riesgos de alteraciones cromosómicas.
¿En qué consiste la congelación de óvulos?
La congelación de óvulos o criopreservación de ovocitos maduros consiste en la extracción de óvulos sin fecundar de los ovarios para conservarlos y poder realizar en el futuro una fertilización in vitro. En este punto, aunque hemos hablado indistintamente de congelación de óvulos y vitrificación, lo cierto es que la técnica que más se utiliza actualmente es la segunda. En el caso de la congelación, el óvulo se va congelando lentamente, lo que conlleva un riesgo, ya que los ovocitos tienen dentro agua y la congelación puede producir cristales que lo rompen. En cambio, en la vitrificación los óvulos se colocan en nitrógeno líquido, haciendo que la congelación sea ultrarrápida, evitando así la ruptura.
¿Cómo es el proceso?
Las mujeres que deciden congelar sus óvulos tienen que someterse primero a una revisión ginecológica básica, con una ecografía y una analítica hormonal. Después de esto, el proceso es similar al de la fecundación in vitro pero sin la fecundación del óvulo.
- Estimulación de los ovarios. Se realiza una estimulación ovárica durante la menstruación (tomarás hormonas sintéticas) para generar múltiples óvulos en lugar de sólo uno, como ocurre cada mes. Es un proceso que está supervisado por el médico y que incluye análisis de sangre y ecografías vaginales.
- Obtención de óvulos. Para extraer los óvulos te tienen que sedar y, con un dispositivo de succión con la guía de una aguja, se extraen los óvulos. Esto significa que durante algunas semanas la mujer podrá notar molestias e inflamación, ya que los ovarios seguirán estando agrandados.
- Congelación de óvulos. Después de la extracción, los ovocitos se congelan a temperaturas bajo cero (de la forma que ya hemos descrito anteriormente) y se conservan para el futuro.
Obviamente, la conservación de esos óvulos para ser fecundados en el futuro cuesta dinero. El precio de la congelación de óvulos suele estar por encima de los 2.500-3.000 euros, incluyendo la punción, las revisiones y la criopreservación durante los cinco primeros años. Después, el coste anual puede variar entre los 150 y los 350 euros. La Sanidad pública española, por el momento, sólo cubre el tratamiento de preservación de fertilidad por cáncer, pero no para posponer la maternidad.
¿Hasta qué edad se pueden congelar los óvulos?
Como decimos, a partir de los 40 hay más probabilidades de obtener óvulos con alteraciones cromosómicas. Por eso, los expertos dicen que lo ideal es hacerlo antes de los 35. Pero habrá que estudiar cada caso para conocer la situación de cada mujer ya que, en principio, todas pueden congelar sus óvulos. La ley no establece ningún límite de edad, pero dependerá de la clínica de congelación de óvulos. Algunas lo permiten hasta los 51 años. Lo que sí es importante tener en cuenta es que el porcentaje de éxito de esta técnica de fertilidad dependerá de la edad de la mujer en el momento de la extracción del óvulo. Ya sabes que la probabilidad de embarazo es mayor por debajo de los 35 años y que, por encima de los 40, hay además riesgo de alteraciones cromosómicas. Y hay otros muchos factores que pueden influir en la calidad de los óvulos, como una patología como la endometriosis o los ovarios poliquísticos. Una vez congelados los óvulos, pueden pueden permanecer preservados durante decenas de años con la misma calidad que en el momento de la extracción.
Razones para la congelación de óvulos
Hemos hablado antes de cuestiones oncológicas para someterse a este proceso de fertilización. Ciertamente, muchas mujeres diagnosticadas de cáncer que quieren ser madres tras la enfermedad recurren a esta técnica. La quimioterapia o la radioterapia pueden provocar infertilidad y, por eso, es la propia Sanidad pública la que cubre este proceso para este tipo de pacientes. Aunque hay otros casos en los que hay que acudir a una clínica privada, ya que no están contemplados en el sistema de Salud público. Es decir, las mujeres sanas que deciden posponer voluntariamente su maternidad para más adelante, sea por la razón que sea. Por ejemplo, para aquellas mujeres que no tienen entre sus planes ser madres antes de los 40 años o para las que tienen una baja reserva ovárica (por ejemplo, si se dan antecedentes familiares de menopausia precoz), esta técnica tendrá un coste. Es necesario que si decides dar este paso pidas toda la información que necesitas porque esta técnica, como en casi todo, conlleva unos riesgos que debes conocer, ya que puede aparecer el síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO), que se puede dar en pacientes con ovarios poliquísticos. Y ya sabes que los efectos secundarios de la anestesia también son una probabilidad que debes valorar.