Hace un tiempo, no mucho, hablábamos de la nanotecnología como algo de un futuro muy lejano. A día de hoy, sin embargo, no solo son una realidad, sino que están bastante más presentes en nuestras vidas de lo que pensamos. Pues bien, ahora toca hablar de las nanopartículas, ¿pero qué es nanopartículas? ¿Qué son estos nuevos elementos que han llegado para cambiar las reglas del juego? En realidad no han llegado, al menos no ahora. Llevan tiempo entre nosotros, ¡y hoy vamos a contaros en qué forma y para qué sirven!

¿Qué son las nanopartículas?

Para hablar de las nanopartículas, empezaremos por su significado literal. El prefijo nano- indica que algo es muy pequeño. Muy mucho. Así pues, unido al sustantivo partícula, nos indica que estamos refiriéndonos a un tipo de partícula muy, muy pequeña. ¿Cómo de pequeña? Para que os hagáis una idea, suelen medirse en nanómetros, o lo que es lo mismo, la millonésima parte de un milímetro. ¿Y de verdad existen cosas tan pequeñas en el mundo? Pues claro que sí, ¡las nanopartículas! No os preocupéis, al igual que la mente humana no es capaz de dimensionar la inmensidad del espacio, tampoco es capaz de concebir algo tan ínfimo. Pero, eh, os aseguramos que están ahí… y que están llenas de beneficios para nosotros.

A pesar de sonar a algo ultramoderno, lo cierto es que, sin conocer siquiera que terminarían llamándose así, el ser humano lleva siglos sirviéndose de ellas. Eso sí, si hace más de 1.000 años se utilizaban como mero detalle ornamental en Mesopotamia, a día de hoy hemos aprendido a sacarles un provecho mucho mayor. ¿En qué ámbitos? Eso es lo que hemos venido a contaros hoy. Y es que, por muy pequeñas que sean, ya lo dijo Arquímedes: “dadme una palanca y moveré el mundo”. Ahora somos nosotros los que sabemos utilizar esta, ¡vais a alucinar con la cantidad de aplicaciones de las nanopartículas en medicina!

Tipos de nanopartículas

Aunque son muchas, y muy variadas, las nanopartículas pueden dividirse en cuatro grandes grupos. ¿Y en qué nos basamos para hacer estas agrupaciones? Pues ni más ni menos que en los materiales de los que están compuestas dichas nanopartículas:

  • De base metálica: Las nanopartículas de este grupo pueden ser de oro, de plata o de materiales reactivos. Además, también están los transistores de un solo electrón, también llamados quantum dots.
  • Composites: Esta subdivisión agrupa nanopartículas que se combinan con otras, o incluso con otros materiales de mayor dimensión.
  • De base de carbón: Tienen gran dureza, conductividad eléctrica e incluso elasticidad. Se las reconoce fácilmente porque tienen formas elípticas, esféricas casi perfectas y tubulares. Se diferencian de las de base metálica en que su peso es bastante comedido.
  • Dendrímeros: Son, sin ningún tipo de duda, las nanopartículas más curiosas de ver. El motivo es que crecen como si se tratase de un árbol. ¿Con raíces? No, con muchas ramificaciones que surgen unas de otras. Cada una de sus ramas puede ser diseñada para cumplir objetivos específicos, lo cual convierte a este tipo de nanopartículas en un elemento de lo más versátil.

Conocer los distintos tipos de nanopartículas y qué podemos esperar de ellas resulta vital para poder avanzar en las investigaciones que las incluyen. Ahora bien, ¿qué propiedades tienen las nanopartículas para haberse convertido en una posible panacea a muchos de nuestros males? ¡Vamos a verlo!

Propiedades de las nanopartículas

¿Qué nos diríais si os dijésemos que los materiales tienen un comportamiento distinto a escala nano que en su tamaño habitual? De locos, ¿verdad? Pues resulta que es así. El comportamiento de un material no depende únicamente de por qué elementos esté formado. Además, influyen aspectos como su tamaño, su forma, características de su superficie y su estructura interna. Y no creáis que las únicas propiedades que cambian son las físicas. Es normal que, hablando de masas tan pequeñas, un cambio de temperatura pueda provocar un cambio de forma. No, además de su aspecto, estos son los otros tipos de propiedades que pueden variar entre un material a escala ‘normal’ y una nanopartícula con su misma composición:

  • Ópticas
  • Mecánicas
  • Químicas

Abarcarlas todas en un único post sería una auténtica locura, pero lo que nos gustaría que os quedase claro de cara al próximo apartado es que las nanopartículas son fácilmente manipulables. Al menos, ahora que tenemos la tecnología para ello. La irrupción de las nanopartículas en medicina ha supuesto una auténtica revolución, y esto es muy esperanzador.

Aplicaciones de las nanopartículas en medicina

¿Os acordáis de todas aquellas cosas que aprendisteis en el colegio y a las que nunca les habéis sacado partido? Pues no queremos que os vayáis de aquí con esa misma sensación. Todo lo que os hemos contado hasta ahora ha sido para llegar hasta aquí, a las aplicaciones de las nanopartículas en medicina. Y es que el hecho de haber aprendido a dominarlas está permitiéndonos emplearlas para aquello que nosotros queramos.

Por ejemplo, gracias a las nanopartículas, muy pronto será posible aplicar tratamientos médicos de forma más directa y más precisa, sobre el mismo mal y aplicando únicamente la cantidad necesaria para cada cual. Cada organismo es un mundo, y que los médicos sean capaces de calibrar hasta el más mínimo detalle cuál es la dosis que necesitamos y en qué punto exacto de nuestro cuerpo hay que aplicarla salvará muchísimas vidas.

Otro de los grandes avances con nanopartículas, que terminará llegando más pronto que tarde, es el que está haciéndose en la investigación contra el cáncer. Hasta donde sabemos, gracias a estos elementos, en unos años será posible detectar qué células están afectadas por el mal y elaborar remedios que las ataquen solo a ellas. Se acabaron tratamientos tan agresivos como la quimioterapia, que bombardean a todo el organismo sin piedad. Sí, ya tenemos la radioterapia con haz de electrones, mucho más precisa que la quimio, pero es que esto de las nanopartículas será como tener a miles de cirujanos con habilidades ninja dentro de nuestro cuerpo. Y qué queréis que os digamos, poder contaros todo esto, tan solo un par de años después de hablaros de la nanomedicina como algo del futuro inexplorado, nos parece una auténtica maravilla.