Seguimos con las pruebas diagnósticas cuyos nombres suelen ‘tirar un poco para atrás’ tanto a los pacientes como al personal no médico, pero que son mucho más cotidianas de lo que pensamos. El sistema circulatorio del ser humano ha sido uno de los grandes enigmas de nuestro cuerpo durante cientos de años. Demasiadas conducciones y demasiado pequeñas para poder estudiarlas en detalle. Sin embargo, una vez más, la tecnología nos ha hecho avanzar una barbaridad en muy pocos años, ¡y la angiografía digital es una buena muestra de ello! Hoy vamos a ver no solo qué es, sino en qué consiste y cómo se lleva a cabo.

¿Qué es una angiografía digital?

¿Te imaginas una prueba diagnóstica que fuese capaz de iluminar tu sistema circulatorio? Que mostrase en detalle todos y cada uno de los vasos sanguíneos de una zona determinada y dejase muy a las claras la existencia de cualquier tipo de problema. Sería alucinante, ¿verdad? Pues deja de imaginar, porque mientras aún nos quedan algunos años para poder disfrutar de los rayos X en 3D y a todo color, observar nuestro sistema circulatorio con todo detalle es posible gracias a la angiografía de sustracción digital. Así es, existe un sistema que combina los rayos X con la última tecnología que ya hace posible el hecho de mapear venas, arterias y capilares de zonas concretas para poder comprobar al milímetro cualquier tipo de problema que pueda conllevar otro aún mayor. Hasta hace relativamente poco, el sistema circulatorio del ser humano era un auténtico enigma para la medicina. Tenemos tantos kilómetros de conducciones en nuestro cuerpo que el mero hecho de pensar en cómo estudiarlos suponía un auténtico galimatías. Sin embargo, la evolución de la tecnología médica ha permitido no solo que podamos ver nuestro interior sin tener que abrirnos en canal. También que podamos encontrar soluciones a problemas invisibles a simple vista, pero que están ahí y que ahora pueden ser subsanados con total éxito en la mayoría de las ocasiones. Muy pronto, además, la aplicación de la nanotecnología médica permitirá no solo detectar un trombo e intentar acabar con él con medicamentos, sino hacer llegar los medicamentos hasta el lugar concreto en el que son necesarios. Se abre un nuevo horizonte para la supervivencia humana, ¡y la angiografía digital tiene gran parte de culpa de ello! Ahora bien, ¿cómo funciona una angiografía digital exactamente?

Cómo se hace una angiografía digital computarizada

Aunque a nivel tecnológico y evolutivo puede que explicar una angiografía por sustracción digital no resulte sencillo, en realidad el proceso como tal no es nada complicado de comprender. El sistema en sí consta de tres partes y ha sido depurado para que sea cada vez más certero:

1. Lo primero que se hace en cualquier tipo de angiografía digital es tomar imágenes mediante rayos X de la zona a estudiar para así recoger imágenes de un territorio vascular del cuerpo.

2. Una vez obtenidas estas imágenes, se introduce un medio de contraste en el organismo mediante un catéter. Esto es, se vierte un líquido colorante en el torrente sanguíneo, justo en la zona de estudio, para ‘iluminar’ los vasos sanguíneos de la ubicación con el objetivo de poder estudiarlos sin ningún tipo de interferencia.

3. En el tercer paso es donde se lleva a cabo la sustracción digital, de ahí la importancia de la innovación tecnológica en medicina. Vuelven a tomarse imágenes de rayos X de la zona en la que se ha inyectado el contraste y, mediante el uso de un ordenador, se sustraen las capas de hueso y tejidos de dichas imágenes. Los vasos sanguíneos objeto del estudio quedan pues al descubierto, ¡y los especialistas podrán ver si hay algún problema, de qué tipo es y cómo abordarlo!

Tras el proceso, por cierto, lo habitual es que el paciente deba reposar durante un tiempo aproximado de entre tres y cuatro horas. Como veis, una vez más, la aplicación de las últimas tecnologías resulta clave a la hora de obtener una prueba diagnóstica que cada vez permite salvar más y más vidas. Las angiografías no son una metodología novedosa, pero el hecho de digitalizarlas ha simplificado enormemente un proceso que no resultaba nada sencillo y que a día de hoy, gracias a los avances, se ha convertido en rutinario.

Usos de la angiografía digital

Ya sabes lo más básico que puede conseguir una angiografía digital, ¿pero qué usos tiene? ¿En qué casos es aconsejable utilizarla o qué se busca cuando se decide recurrir a esta prueba diagnóstica? Lo cierto es que es válida tanto para encontrar posibles estrechamientos u obstrucciones como para localizar conexiones fuera de lo común entre venas y arterias (angiografía digital arterial). También resulta válida para diagnosticar inflamaciones, dilataciones anormales en las paredes de un vaso sanguíneo o incluso roturas en las mismas. Pero eso no es todo, ya que se trata de una prueba que permite la intervención directa del equipo médico en tiempo real. Es decir, los resultados se ven en vivo y en directo y se puede actuar durante el desarrollo de la misma:

  • Es posible dilatar sobre la marcha vasos sanguíneos estrechados.
  • En caso de localizar una obstrucción (trombo), puede intentar disolverse en ese mismo momento.
  • Si se detectan roturas o áreas débiles en algunos vasos, puede actuarse sobre ellos para cerrarlas o reforzarlos.

Y no solo puede actuarse sobre venas y arterias de gran tamaño. Se trata de un sistema tan delicado y específico que no hay ningún tipo de problema a la hora de utilizarlo, por ejemplo, en una angiografía digital ocular, o en una angiografía digital cerebral, dos de las zonas más delicadas del cuerpo humano a la hora de realizar estudios sobre los vasos sanguíneos.

La verdad es que contar con medios técnicos como la angiografía digital es un auténtico lujo para nuestra salud. De ahí que cada vez sean más las voces que se elevan a la hora de pedir fondos son los que poder seguir investigando este tipo de tecnologías, y la verdad… ¡ojalá se consigan pronto!