Llevar ya unos añitos con vosotros nos permite echar la vista atrás y alucinar en colores con cómo va evolucionando el mundo de la medicina. Si hace unas semanas os hablábamos sobre el auge de la telemedicina provocado por la pandemia de coronavirus, lo de los hospitales digitales merece un punto y aparte. Y es que, releyendo el post que publicamos sobre el tema allá por 2017, nos hemos dado cuenta de que la cosa ha evolucionado una auténtica barbaridad. Por eso hemos decidido volver a abordar el tema desde un punto de vista totalmente diferente: el de una sociedad que ya convive con los hospitales digitales.
Para dar una definición de hospital digital ya no basta con hablar de la digitalización de los datos de cada paciente. Cierto, esto supuso una auténtica revolución en su momento, pero es que para tener claro qué es un hospital digital a día de hoy, hay que tener en cuenta muchos otros factores. Por suerte, la digitalización de los centros hospitalarios ha ido mucho más allá de la mejora en la agilidad de los trámites burocráticos. Ahora, además, salva vidas, ¡y hoy os vamos a enseñar cómo lo hace!
¿Cómo funcionan los hospitales digitales?
Si ha habido un gran avance gracias a los hospitales ese ha sido, sin duda alguna, el de la centralización de la información. Desde hace unos años, ya no tenemos que ser nosotros los que acudamos a recoger una prueba a un especialista. Ya sea una simple radiografía, una analítica o algo más serio, ahora los sistemas informáticos permiten que el profesional médico reciba el resultado de dicha prueba tan solo unos minutos después de ser obtenidos. Esto no solo agiliza todo el proceso, sino que mejora enormemente la experiencia del usuario.
Pero es que esto es tan solo la punta del iceberg. Los hospitales digitales de 2021 pueden detectar datos anómalos del funcionamiento de nuestro organismo en tiempo real gracias a la tecnología wearable. Un smartwatch, además de darnos la hora, puede informar a nuestro centro médico de un problema cardíaco, o de una bajada repentina de la tensión. Esto hace que enseguida se activen los protocolos pertinentes, nuestros médicos se pongan en contacto con nosotros y se analice la situación para tomar las decisiones oportunas cuando aún se está a tiempo de poner una solución.
En definitiva, ¿dónde está el principal valor de los hospitales digitales? Pues en servirse de los últimos avances en tecnología para poder anticiparse a los problemas y poder salvar aún más vidas.
¿Los hospitales digitales mejoran la experiencia del paciente?
Desde luego, resulta innegable. Y no es solo el hecho de salvarnos la vida cuando ni siquiera sabemos que va a hacernos falta, que ya nos parece la mejor razón del mundo. Además, el hecho de agilizar cualquier tipo de proceso, petición o consulta es impagable.
- Se acabó el hacer colas interminables para obtener una receta, ahora el médico nos carga nuestro medicamento en la tarjeta sanitaria sin tener que pasar por el centro hospitalario.
- Ya no más consultas médicas para dentro de dos semanas. Los hospitales digitales se sirven de tecnologías como las videollamadas para ofrecer una atención personalizada prácticamente en cuanto se necesita.
- Podemos acceder a nuestro historial médico, incluyendo las pruebas a las que nos hayamos sometido, desde nuestro ordenador o teléfono móvil.
- Se acabaron los desplazamientos que tantos dolores de cabeza acarreaban a los más mayores. Ahora, gracias a los hospitales digitales, pueden recibir su asistencia médica sin tener que salir de casa.
¿Y si el mal que nos aqueja requiere de una consulta presencial? Sin problema, tomando las convenientes medidas de protección, seguimos teniendo disponibles las visitas presenciales con nuestros profesionales sanitarios. Eso sí, ahora, gracias a la tecnología, será el propio médico el que decida si merece la pena o no que el paciente se desplace hasta allí. Nosotros solo le vemos ventajas a esto del hospital digital, ¡y seguro que antes de finalizar el post de hoy vosotros pensáis lo mismo!
Tendencias que impulsan los hospitales digitales
La pandemia de coronavirus ha hecho que se avance enormemente en el ámbito de los hospitales digitales. Lo que estaba previsto que ocurriese progresivamente durante al menos un lustro, ha tenido que suceder en tan solo unos meses. Esto ha permitido que afloren ciertas tendencias que eran impensables a principios de 2020 y que a día de hoy vemos como algo completamente normal. ¿Queréis saber cuáles son?
- Aprender a priorizar. Lo normal al llegar a una sala de urgencias antes del coronavirus era encontrar a un gran número de personas allí. Ahora, si os habéis visto obligados a pasar por una, habréis detectado que la afluencia está siendo mucho menor. ¿El motivo? Hemos aprendido a determinar lo que es urgente de verdad. Si algo puede resolverse con una atención telemática, ¿por qué ir a entorpecer la labor de los profesionales del centro médico?
- Atención rápida al paciente grave. Aunque el triaje existía para algo, y funcionaba bastante bien, el hecho de no tener que atender tantos casos ‘insignificantes’ ha permitido a los médicos atender los casos más graves con la celeridad que necesitaban.
- Apps móviles, nuestras nuevas mejores amigas. Sin duda alguna, una de las tendencias que más se han dejado notar gracias a los hospitales digitales ha sido el acercamiento de nuestros mayores a la tecnología. Personas que no pensaban que fuesen a utilizar un teléfono inteligente en su vida, ahora navegan con él sin problema para poder acceder a sus datos sanitarios. Y, ya que están, ¡hasta se animan a mandar algún que otro Whatsapp!
¿Dónde hay hospitales digitales?
Lamentablemente, este tipo de avances siempre llegan antes a los lugares en los que podemos permitírnoslos. Así pues, lo normal es encontrar hospitales digitales en los países más desarrollados, generalmente en las grandes ciudades, y más comúnmente en instituciones privadas. Eso sí, es cierto que la Administración Pública lleva unos años poniéndose las pilas con respecto a esto, y que es previsible que la crisis sanitaria provocada por el coronavirus haga que la inversión en este sentido sea aún mayor si cabe.
Una puntualización. Hemos hablado de que los hospitales digitales se encuentran en las grandes ciudades, y aunque es verdad que sus sedes suelen encontrarse allí, una de sus principales ventajas es que, en realidad, están en todas partes. El hecho de ir por la calle, notar un dolor agudo en el pecho y poder contactar con nuestro médico en tiempo real para que nos envíe una ambulancia si es necesario no solo nos da mayor seguridad, sino que puede llegar a salvarnos la vida. La era digital ya había llegado, pero hemos aprendido a apreciarla de verdad hasta que hemos comprobado las aplicaciones que tiene en el mundo de la salud.