El cáncer se ha convertido, sin duda alguna, en una de las peores enfermedades del último siglo. Por la cantidad de gente a la que se lleva, sí, pero sobre todo por la manera en la que lo hace. Por eso, cada avance en la lucha contra el cáncer, afecte a la parte del cuerpo que afecte, es una victoria compartida. Para los enfermos, sí, pero también para sus amigos y familiares. A estas alturas del cuento, raro es quien no tiene algún conocido al que le ha tocado convivir con él… o quien no terminará sufriéndolo en sus propias carnes.

Dicen que cerca de la mitad de los españoles tendrá que luchar contra el cáncer en algún momento de su vida. Y que a día de hoy, más de la mitad de los afectados sobreviven y pueden volver a hacer vida normal. Por fortuna, estas cifras mejoran con cada día y pasa, y gran parte de culpa de ello la tienen los avances tecnológicos como este del que venimos a hablaros hoy: la terapia de protones. Desde principios de 2020 ya puede recibirse en nuestro país y son varios los centros que la ofrecen, pero… ¿en qué consiste exactamente? ¡Vamos a verlo juntos!

¿Qué es la terapia de protones?

Para explicar qué es la terapia de protones, tenemos que hablar de radiación. Si, al igual que otros tratamientos de radioterapia, la de protones utiliza radiación, pero lo cierto es que su funcionamiento es muy distinto al del resto. En el caso de esta terapia, la ‘munición’ no son los rayos X que tanto y tan mal afectan a nuestro organismo. Los rayos con los que nos ‘bombardean’ son rayos de protones, y sí, hemos puesto lo de bombardear entre comillas. Y es que la terapia de protones, tanto en España como en el resto del mundo, no tiene tanto de bombardeo como de herramienta de precisión.

Tal es así que resulta de los tratamientos más recomendables a la hora de tratar el cáncer cuando este está junto a partes críticas del organismo en las que cualquier otro tratamiento podría resultar letal. En un par de párrafos os contaremos más detalles al respecto, la verdad es que merece la pena conocer bien su funcionamiento para comprender bien sus ventajas. Antes, os contaremos contra qué tipos de cáncer suele utilizarse la terapia de protones:

  • Cáncer de próstata
  • En la cabeza o en el cuello
  • Condrosarcoma (de columna)
  • Cáncer cerebral
  • En el sistema linfático
  • Cáncer de cualquier tipo en el ojo
  • De mama
  • Cánceres pediátricos
  • De pulmón

La aplicación de la terapia de protones contra el cáncer ha sido uno de esos tratamientos que ha marcado un antes y un después. Tanto para los profesionales de la sanidad como para los pacientes, que han visto aumentar notablemente su calidad de vida, ¡ahora veremos el porqué!

Ventajas de optar por la terapia de protones

Cerca de un 15% de los enfermos con cáncer son aptos para recibir un tratamiento a base de terapia de protones. De hecho, hace ya unos años, un caso saltó a la escena internacional. Se trató de un joven niño inglés al que sus padres decidieron sacar del hospital de forma irregular. Su intención, viajar hasta Praga para someterle a esta terapia, en aquel momento nada extendida en muchos países, como España o el Reino Unido. El chico había sido operado de un tumor craneal y estaba a la espera de recibir tratamiento, pero sus progenitores vieron muy claro que su mejor oportunidad eran los protones.

Los protones, con partículas más pesadas que los de los fotones de la radioterapia convencional, tienen grandes ventajas con respecto a estos.

1. Su peso hace que resulte mucho más sencillo dirigir el rayo hacia una zona concreta. Esto hace que puedan focalizarse sobre la zona dañada sin dañar apenas las células sanas que haya alrededor del tumor.

2. El dato anterior permite que los médicos aumenten la dosis de radiación, ya que esta actúa directamente sobre el mal y no daña el resto del organismo.

3. Está especialmente aconsejado en casos en el que la radioterapia de fotones no es factible debido al riesgo que implica para el paciente.

4. Los efectos secundarios existen, pero son mucho más llevaderos que los de tratamientos como la quimioterapia.

Pasar de perder toda esperanza a tener algo a lo que aferrarse es un mundo, pero si además tiene muchas papeletas para curarnos… ¿acaso no merece la pena probarlo?

Terapia de protones, ¿para cuándo la sanidad pública?

Aunque tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, el hecho de que sea público hace que no siempre pueda estar a la última. De hecho, a mediados de 2019 saltaba la noticia: Amancio Ortega, dueño de Inditex y uno de los hombres más ricos del mundo, había donado maquinaria para la lucha contra el cáncer por valor de más de 300 millones de euros. 50.000 millones de las antiguas pesetas, que se dice pronto… aunque su gesto no fue muy bien recibido por un sector de la política española. De hecho, casi la mitad de dichas máquinas permanecieron meses almacenadas por problemas burocráticos.

Dejando el debate a un lado, lo cierto es que ese material salvará muchas vidas, pero ni siquiera tras esto encontramos maquinaria de protonterapia en nuestros centros hospitalarios. No fue hasta finales de ese mismo año cuando se trató al primer paciente de cáncer en España con terapia de protones. Fue en la clínica Quirónsalud de Madrid. Unos meses más tarde, en abril de 2020, una mujer “afectada por un tumor de origen digestivo recurrente en una zona previamente radiada” fue la primera paciente del centro de protonterapia que la Clínica Universidad de Navarra ha abierto también en la capital.

De momento, por desgracia, tocará pasar por caja para poder recibir este tratamiento de vanguardia. Sin duda, toda una inversión en vida para quien pueda permitirse hacerla. Por suerte, la tecnología contra el cáncer avanza a pasos agigantados y es probable que pronto veamos este tipo de tratamientos también en la sanidad pública. Crucemos los dedos, ojalá el cáncer se convierta en un mal recuerdo… y ojalá ocurra más pronto que tarde.