Una de las suertes de escribiros desde este Blog es que tenemos la oportunidad de traeros elementos del mundo médico que son realmente apasionantes. En esta ocasión, por ejemplo, os hablaremos de un elemento que es probable que hayáis visto en multitud de ocasiones, pero que con esto de la pandemia de coronavirus se ha convertido en esencial para la vida de muchos amigos y familiares. Hablamos, como no podía ser de otro modo, de las gafas nasales de alto flujo.

Hoy os contamos qué son, pero también cómo funcionan y en qué casos está recomendado su uso. Parece obvio que se emplearán cuando el paciente tiene algún tipo de dificultad a la hora de respirar, ¿verdad? Pues resulta que no están indicadas en todos los casos, pero de eso también os hablaremos. De una cosa estamos seguros: cuando terminéis de leer este post empezaréis a mirarlas de otro modo ¡podéis estar seguros del todo!

¿Cómo funcionan las gafas nasales de alto flujo?

Por fortuna, durante los últimos años las técnicas de medicina no invasiva han ido ganándole terreno a las que sí lo eran. Por fortuna, decimos, porque aunque en ocasiones eran la única forma de salvarle la vida a alguien, esto no ha hecho más que traer consecuencias positivas. El hecho de que se haya avanzado tremendamente en este sentido se traduce en menos consecuencias negativas para los pacientes, recuperaciones más veloces y, por tanto, estancias más cortas en los centros hospitalarios. Para que nos hagamos una idea, es como esas operaciones para las que antes había que realizar cirugías mayores y que ahora se hacen por laparoscopia.

Un buen ejemplo de este tipo de sistemas son las gafas nasales de alto flujo. ¿Que qué son? Lo más probable es que ya hayáis visto unas cuantas, pero como no se ponen de forma distinta a las típicas gafas, no sepáis que se llamaban así. Las gafas nasales de alto flujo son un dispositivo que permite la aplicación de un flujo de gas mediante cánulas nasales de alto flujo por encima del que el propio paciente tiene la capacidad de inhalar.

Este tipo de aparato, por desgracia, se ha puesto muy de moda por culpa de la pandemia de coronavirus. La insuficiencia respiratoria que sufre un porcentaje importante de los pacientes de Covid-19 hace que la oxigenoterapia convencional no sea suficiente. Esto se debe a la alta dispersión de partículas del sistema tradicional, algo que queda solucionado con la aplicación de oxigenoterapia de alto flujo. Las gafas nasales de alto flujo han salvado miles de vidas en nuestro país desde el segundo trimestre de 2020. Es una suerte contar con ellas, al igual con todos los avances tecnológicos que han ido implementándose al mundo de la medicina durante las últimas décadas.

Indicaciones

La cánula nasal de alto flujo ha demostrado sobrada valía a lo largo de la batalla contra el temido SARS-CoV-2. Uno de los problemas con los que el mundo se chocó de bruces fue con que la neumonía provocada por la Covid enviaba a más gente a estar conectada a un respirador que ninguna otra. Por eso, encontrar un sistema que permitiese reducir esta tasa era algo crucial a la hora de intentar controlar el colapso de las unidades de cuidados intensivos de nuestros hospitales. Las gafas nasales de alto flujo, sin duda alguna, fueron unos de esos sistemas.

Estos artilugios, por sí solos, no solo consiguieron disminuir notablemente el índice de intubaciones, sino que además mejoraron sensiblemente el pronóstico de la gran mayoría de los pacientes sobre los que se aplicó este tipo de ayuda respiratoria. Sí, la ventilación no invasiva aplicada con mascarilla también se demostró útil para eso, pero las cánulas nasales de alto flujo son mucho más sencillas de utilizar, y más apropiadas. Para empezar, introducen el aire en el cuerpo previamente calentado y humidificado. Esto ya marca una diferencia con otros sistemas de asistencia a la respiración, pero no es, ni de lejos, su única ventaja.

Y además de para los pacientes de Covid-19, ¿para qué tipo de casos está recomendado el uso de las gafas nasales de alto flujo?

  • Casos de fallo respiratorio hipoxémico moderado.
  • Apoyo a la broncoscopia.
  • Casos de edema pulmonar.
  • Pacientes con necesidad elevada de oxígeno a causa de diferentes patologías.
  • Obstrucción de la vía aérea superior.
  • Inflamación de la vía aérea, como en determinados tipos de asma.
  • Apoyo respiratorio tras extubaciones programadas, como tras la salida de una UCI.

Como veis, los casos son muchos y muy variados, ¡y eso que solo os hemos dicho los más importantes!

¿Cuándo se pueden usar las gafas nasales de alto flujo?

Es posible que el haberlas relacionado con los casos de coronavirus os haya hecho pensar que las gafas nasales de alto flujo solo son aptas para la UCI, ¡y nada más lejos de la realidad! De hecho, unas líneas más arriba ya os hemos contado que están indicadas precisamente para pacientes que ya han pasado por la unidad de cuidados intensivos. ¿Entonces? Este tipo de dispositivos pueden utilizarse prácticamente con cualquier paciente que presente una insuficiencia respiratoria. Es más, su uso está especialmente indicado en aquella gente a quienes la mascarilla de oxígeno le da claustrofobia.

Existen algunas contraindicaciones, también es verdad. Por ejemplo, en casos de fallo respiratorio hipercápnico, o en pacientes que tienden a retener dióxido de carbono. Al final, es el equipo médico el que debe analizar y decidir qué tipo de tratamiento aplicar a cada paciente. Eso sí, lo normal es que cada vez veamos estas cánulas nasales de alto flujo con mayor asiduidad en distintos puntos de nuestros centros hospitalarios. Si un día veis que van a utilizar este tipo de equipamiento con un amigo o familiar, vedlo siempre desde el lado bueno. Estarán haciendo todo lo posible por salvarle la vida y se estará empleando para ello el mejor material existente hasta la fecha. ¡Así que la cosa solo puede ir bien!