Hasta hace unos años, lo normal es que pasado el ecuador de los 40 una mujer dejase de pensar en ser madre para empezar a prepararse para ser abuela. De hecho, las generaciones antiguas siguen pensando que tener un hijo a esas alturas de la vida de una fémina es una auténtica aberración. Por fortuna, tanto la sociedad como la tecnología han hecho que evolucionemos muchísimo en este sentido. Los cambios en nuestro ritmo de vida, unidos a las mejoras en las técnicas de reproducción asistida y ginecología, han hecho que traer un hijo al mundo pasados los 40 se haya convertido en algo de lo más normal. Mujeres famosas como Paula Echevarría, Pilar Rubio, Elsa Pataky, Ana Rosa Quintana o Toñi Moreno nos han demostrado en los últimos años que esperar un poco para tener una carrera exitosa y compaginarla después con la maternidad no solo es posible, sino que es una gozada. Eso sí, la tecnología de reproducción asistida no hace milagros: hay que cuidarse y seguir unas pautas muy marcadas para que los tratamientos surtan el efecto esperado sea cual sea la edad de la futura mamá. Lo de utilizar el método de la mamá canguro o no ya está en cada una. Hoy venimos a hablaros de los métodos de reproducción asistida más habituales y exitosos en la actualidad. Eso sí, antes os hablaremos de qué es la reproducción asistida y el porqué de su importancia para las familias en pleno siglo XXI. Toca post de los que gusta leer, así que poneos cómodos, ¡que empezamos!

¿Qué es la reproducción asistida?

Cuando hablamos de reproducción asistida tendemos a imaginarnos complicados procesos científicos, ¿y sabéis qué? Que no nos equivocamos para nada, porque si traer una vida al mundo de forma natural no resulta fácil a veces, imaginad lo que ha tenido que evolucionar la ciencia para conseguirlo en un laboratorio. Eso sí, a la hora de hablar de este proceso, a nosotros nos gusta ir a la base del concepto de reproducción asistida porque creemos que tranquiliza bastante. De hecho, aunque también se le conoce como ‘fecundación artificial’ nos gusta más utilizar reproducción asistida porque humaniza muchísimo más todo esto que venimos a contaros. Al fin y al cabo, lo que se hace durante el proceso de reproducción asistida es ayudar a los padres a concebir una nueva vida… ¡y eso de artificial tiene poco! Así pues, si queremos responder a la pregunta que da título a este apartado, tendríamos que decir que la reproducción asistida es un conjunto de técnicas biomédicas elaboradas para ayudar a una persona cuyo cuerpo no tiene la capacidad suficiente para completar el proceso natural que constituye la fecundación. Del mismo modo que una matrona nos ayuda a parir, un equipo médico nos ayuda mucho antes, en el momento en el que los espermatozoides deben fecundar al óvulo para dar paso al mágico proceso de la gestación. Y ojo, que la reproducción asistida no es únicamente para personas con problemas a la hora de concebir. Cada día es más habitual que mujeres solteras quieran vivir la experiencia de ser madres sin tener por ello que esperar a tener pareja. Es decir, para recurrir a este método no tiene por qué existir un problema de salud. ¡Su grandeza es que se ha convertido en una opción más para toda aquella persona que no quiera seguir esperando!

Técnicas y tecnología que se usan en a reproducción asistida

Lo más normal es que a estas alturas del cuento haya cosas que nos suenen sobre la reproducción asistida. Sin embargo, también es normal que, a no ser que conozcamos a alguien que se ha sometido a algún proceso de este tipo en los últimos tiempos, no tengamos mucha idea de cómo está el tema en la actualidad. Existen distintas técnicas y tecnologías a las que se puede recurrir llegado el momento. Aunque lo más indicado es que nos informen en la clínica en la que decidamos confiar para traer a nuestro hijo al mundo en el momento en el que decidamos dar el paso, no está de más llegar con cierta idea de las opciones que van a plantearnos. Por supuesto, allí no tendrán ningún tipo de problema a la hora de explicaros todo lo que necesitéis saber, las veces que haga falta, pero si lleváis esto aprendido de casa… ¡mejor que mejor!

Extracción espermática

Los espermatozoides, las células sexuales masculinas, son esenciales para la fecundación. Sin ellos, un óvulo no contiene la información genética necesaria para formar una vida humana. Por desgracia, no todas las eyaculaciones masculinas contienen el número apropiado de espermatozoides para culminar con éxito un proceso de reproducción asistida, por lo que era necesario poder acudir a la fuente. En este caso, como ya habréis supuesto, bien a los testículos de la persona en cuestión, bien a la vía seminal. Esto es precisamente lo que se consigue durante la extracción espermática: conseguir esperma de mejor calidad con el que abordar con mayores probabilidades de éxito cualquiera de los tipos de reproducción asistida que comentaremos un poco más adelante. En caso de que ni siquiera así se obtuviesen espermatozoides capaces de fecundar al óvulo, habría que barajar la idea de empezar a buscar un donante.

Donación de ovocitos

Toda mujer tiene un número limitado de óvulos. Esto hacía que, hasta hace unos años, la llegada de la menopausia significase el final de la vida fértil de una mujer. Sin embargo, con la opción de la donación de ovocitos las reglas del juego han cambiado. Ya sea porque los óvulos de una persona no tienen la calidad suficiente o porque su cuerpo sencillamente ha perdido la capacidad de producirlos, ahora cualquier mujer que cumpla una serie de requisitos puede recibir óvulos de una mujer completamente sana y en edad fértil para vivir la experiencia del embarazo. La donación de ovocitos es un proceso completamente anónimo, por lo que no representa ningún tipo de problema de cara al futuro, y además se ha convertido en una de las opciones de reproducción asistida que mejores resultados ofrece. La ciencia ha conseguido alargar nuestro reloj biológico hasta límites insospechados y gracias a eso ya no tenemos que paralizar nuestras vidas para ser mamás. Ahora podemos decidir el momento y la forma, y nos parece algo absolutamente maravilloso.

Preservación de la fertilidad

Hemos hablado de la donación de ovocitos de una segunda mujer en etapa fértil y completamente sana, pero… ¿y si pudiésemos donarnos ovocitos a nosotras mismas? Para esto hay que ser previsoras, desde luego, pero no solo se puede, sino que debería hacerse siempre y cuando se alcance una edad y no se haya sido madre por vez primera. Con el paso de los años, tanto los espermatozoides como los óvulos van perdiendo calidad. Eso sí, mientras los hombres son fértiles hasta el último de sus días, las mujeres tenemos un punto de no retorno: la menopausia. De ahí la importancia, si tenemos la inquietud de ser madres y queremos que nuestros hijos tengan nuestra información genética, de recurrir a la preservación de la fertilidad. Eso sí, no solo está disponible para mujeres: los hombres que van a someterse a algún tipo de tratamiento médico agresivo, como la quimioterapia, también pueden decidir preservar espermatozoides ‘en plena forma’ para recurrir a ellos llegado el caso. Así pues, existen varias opciones de preservación de la fertilidad a nuestra disposición:

  • Congelación de espermatozoides.
  • Congelación de óvulos.
  • Congelación de embriones ya fecundados que solo habría que implantar en el útero llegado el momento.

En las mujeres, por lo general, a partir de los 35 años empieza a ser cada vez un poco más complicado quedarse embarazada. Desde los 42, las opciones naturales son muy pequeñas, y a partir de los 45, es prácticamente un milagro.

Tecnología Embryoscope

Sin duda alguna, uno de los mejores ejemplos de cómo ha ido evolucionando la tecnología de reproducción asistida. A día de hoy, gracias al Embryoscope, se han conseguido replicar en el laboratorio unas condiciones lo más similares posibles a un útero femenino. De este modo, el control sobre los embriones es total en todo momento, y esto es gracias también a un revolucionario sistema de monitorización. Hasta ahora, los embriones en incubadoras se observaban únicamente una vez al día. Ahora, gracias a una cámara, se realiza un barrido automático cada 10 minutos que da una idea mucho más aproximada a los profesionales sanitarios de cómo están evolucionando dichos embriones y cuáles de ellos son los mejores candidatos para ser implantados en el útero y obtener como resultado un embarazo satisfactorio.

Tipos de reproducción asistida

Ya hemos hablado de las principales técnicas y tecnologías que se utilizan en reproducción asistida, pero esto no es todo. Una vez obtenidos los óvulos y espermatozoides, o incluso los embriones ya fecundados, conviene también tener claro qué sistemas se utilizan para implantarlos en el útero de la mujer que se quedará embarazada y terminará dando a luz a uno o más bebés al cabo de unos meses. Cada uno de ellos tiene sus propias particularidades y hay que decidirse por uno, así que cuanto más controlados los tengáis, con más seguridad os decantaréis por uno u otro.

1. Inseminación intrauterina

La inseminación intrauterina es uno de los métodos de reproducción menos invasivos y, por tanto, más económicos que existen. Bien es verdad que su efectividad también es más baja que la de otros que comentaremos a continuación, por lo que suele hacer falta llevar a cabo varios intentos. De hecho, la media está en torno a la media docena, así que si nos decantamos por esta forma de quedarnos embarazadas nos tocará tirar de paciencia. ¿Y a qué se debe toda esta casuística? Pues a que ‘lo único’ que se hace es elegir los espermatozoides más ‘capaces’ a través de un lavado e implantarlos en el útero de la potencial madre en el mejor momento de su ovulación. El resto del proceso, sin embargo, es muy similar al que se produciría en un embarazo natural. Los espermatozoides deben llegar al óvulo por sus propios medios y al menos uno de ellos debe ser capaz de fecundarlo, algo bastante más complicado de lo que podemos llegar a imaginarnos. Por cierto, dentro de la inseminación intrauterina encontramos dos variantes, la inseminación con semen de donante y la inseminación con semen de la pareja, dos variantes que vamos a ver con un poco más de detenimiento a continuación.

Inseminación artificial con semen de donante

Cuando el semen de la pareja no es de buena calidad, sufre algún tipo de enfermedad o directamente no hay pareja, se recurre a un banco de semen. La futura madre puede elegir una serie de características del donante, pero todo el proceso es absolutamente anónimo.

Inseminación artificial con semen de la pareja

En el caso de que sí que haya pareja y su semen reúna las cualidades necesarias para fecundar un óvulo, pero los espermatozoides necesiten un empujoncito extra para llegar en condiciones al óvulo, el laboratorio se encarga de todo el trabajo. Básicamente, se aplican mejoras con el objetivo de vitalizar el semen. Es precisamente este proceso el que hace que, a pesar de ser muy similar a la concepción natural (dentro de lo comparable), la inseminación artificial sea un método de reproducción asistida bastante exitoso.

2. Fecundación in vitro

La fecundación in vitro se hizo muy notoria a finales de los 90 por los comentarios que suscitó un proceso tan peculiar como este, pero a día de hoy es uno de los métodos de reproducción asistida más aclamados y los ‘niños probeta’, como se les llamó en sus inicios, son algo de lo más natural en nuestra sociedad. ¿Y dónde está la excepcionalidad de este sistema? Pues en que el proceso de fecundación no se lleva a cabo en el útero de la mujer, sino en un laboratorio perfectamente equipado para ello. Para llevarlo a cabo hay que contar con óvulos suficientes y espermatozoides con la suficiente calidad como para resistir el proceso. Dicho proceso, por cierto, está especialmente recomendado para cuando los otros no han conseguido resultados. Una vez se consiguen los embriones, se pasa a la fase de transferencia embrionaria; es decir, se implantan en el útero de la futura madre. Lo normal es que no sean más de tres, ya que si todos resultan exitosos, un embarazo múltiple de más niños sería extremadamente complicado para todas las partes. Por lo general los tres no suelen salir adelante, pero sí es común que las madres de bebés concebidos in vitro tengan al menos dos hijos. Este es el motivo de que el número de partos múltiples en España se haya disparado en las últimas décadas.

3. intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI)

La ICSI va todavía un paso más allá que la fecundación in vitro, y es que es el proceso que se utiliza cuando esta última falla. Se la conoce como microinyección, y esto se debe a que, mediante un proceso bastante intrincado, los científicos extraen un único espermatozoide del semen de un varón y lo inyectan directamente en el interior de un óvulo, favoreciendo así la fecundación del ovocito y consiguiendo el éxito donde otras técnicas han fallado antes. Lo normal es que se necesiten varias sesiones de esta técnica, pero el índice de éxito en el embarazo ronda el 60%, ¡una cifra bastante alentadora si la comparamos con las de otros métodos!

4. Transferencia intratubárica de gametos

Este tipo de reproducción asistida se utiliza cada vez menos, pero es posible que también os lo ofrezcan. Lo cierto es que toma algunas elementos de la fecundación in vitro, puesto que los óvulos se encuentran con los espermatozoides en el exterior del cuerpo humano, dentro de un tubo flexible en el que se produce la fecundación. Se utiliza menos, sobre todo, porque se trata de una forma de quedarse embarazada que resulta bastante invasiva. Los cigotos se introducen en las trompas de falopio de la mujer interesada mediante una laparoscopia, lo que requiere de una sedación completa, y después hay que confiar en que el cigoto se agarrará por sí mismo a la pared del útero y el embarazo será exitoso.

Estos, desde luego, no son todos los tipos de reproducción asistida que existen, pero sí que son unos de los que mejores resultados ofrecen. Si tuviésemos que elegir únicamente uno, lo tendríamos clarísimo: optaríamos por la fecundación in vitro. No solo se trata del mejor tratamiento en relación calidad/precio, sino que además su índice de eficacia es de los más aceptables que hemos visto. Si a día de hoy no tenéis hijos, que sea porque no los queréis. Eso sí, si tenéis el más mínimo deseo de convertiros en padres y madres, existen multitud de soluciones que se adaptan a todas las personas y bolsillos. Ya ni siquiera ser madre soltera o una pareja homosexual es excusa para no disfrutar de una familia propia. Informaos de cuáles son las mejores clínicas de vuestro entorno, pedid toda la información que queráis saber y, una vez la tengáis, sopesadlo bien. ¿Os compensa? Entonces no lo dudéis dos veces, adelante, ¡que la vida son dos días y uno nos lo pasamos durmiendo!