Como padre, es probable que te hayas encontrado en situaciones en las que tu hijo parece ignorar tus instrucciones o incluso te desafía abiertamente. Esto puede ser frustrante y, a veces, preocupante. ¿Estás haciendo algo mal? ¿Tu hijo está experimentando problemas de comportamiento? Este artículo busca ofrecer una visión y orientación para lidiar con la desobediencia infantil y juvenil.

La desobediencia es un problema común en la crianza de los hijos, ya sea que se trate de un niño pequeño que se niega a recoger sus juguetes, un preadolescente que no hace su tarea, o un adolescente que desafía el toque de queda. Muchas veces, estas conductas se perciben como una llamada de atención, una manera de probar los límites o simplemente una fase del desarrollo. Sin embargo, entender por qué tu hijo no obedece puede ser el primer paso para abordar la situación de manera efectiva.

adolescente desafiando a su padre

¿Por qué mi hijo no obedece? ¿Por qué aparecen estas conductas? - Principales causas

Existen diversas causas que pueden llevar a un niño a la desobediencia. A veces, la desobediencia puede ser un reflejo del entorno en el que se cría el niño. Las tensiones familiares, el estrés, la falta de estructura y las normas inconsistentes pueden contribuir a la conducta desobediente. La edad y la etapa de desarrollo de un niño también son factores cruciales. Por ejemplo, durante la etapa de los dos años, a menudo llamada "la edad del no", es común que los niños pequeños desafíen a los adultos para probar los límites y afirmar su independencia. Durante la adolescencia, el desafío a la autoridad puede ser una forma de buscar autonomía e identidad.

La desobediencia en los niños puede tener varias causas. Algunas posibles razones:

  • Búsqueda de atención: Los niños pueden actuar desobedeciendo como una forma de llamar la atención de los adultos. Esta puede ser su manera de decir que necesitan más tiempo o interacción con sus padres o cuidadores.
  • Falta de estructura y límites claros: Los niños necesitan reglas y estructuras claras para sentirse seguros y entender lo que se espera de ellos. Si las reglas y las expectativas no son claras o son inconsistentes, los niños pueden sentirse confusos y responder desobedeciendo.
  • Etapa de desarrollo: Los niños pasan por etapas de desarrollo en las que desafiar a los adultos es común. Por ejemplo, durante la etapa del "terrible two" (dos años) y la adolescencia, los niños pueden mostrar más comportamientos desafiantes como parte de su desarrollo y búsqueda de autonomía.
  • Frustración y falta de habilidades de afrontamiento: Los niños pueden desobedecer cuando se sienten frustrados o cuando no tienen las habilidades para manejar sus emociones. En estos casos, la desobediencia puede ser una expresión de su frustración o enojo.
  • Imitación de comportamientos: Los niños aprenden por imitación. Si ven a otros niños o incluso a adultos desobedeciendo o rompiendo las reglas sin consecuencias, pueden aprender que este comportamiento es aceptable.
  • Cambios en la vida o estrés: Los cambios importantes en la vida, como un nuevo hermano, un divorcio o una mudanza, pueden causar estrés en los niños y hacer que actúen de manera desobediente.
niña triste viendo padres discutir
  • Trastornos de conducta: Algunos niños pueden tener trastornos de conducta, como el trastorno negativista desafiante o el trastorno de conducta, que pueden causar comportamientos desobedientes. En estos casos, es importante buscar la ayuda de un profesional.
  • Necesidades especiales: Algunos niños con necesidades especiales, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o trastornos del espectro autista (TEA), pueden tener dificultades para seguir las reglas debido a sus desafíos únicos.

Cada niño es único y puede haber múltiples factores en juego. Es importante recordar que un niño desobediente no es un niño "malo". Es importante entender la raíz de su comportamiento y proporcionar el apoyo y las estrategias apropiadas para ayudarles a aprender y crecer.

¿Qué hacer cuando los hijos no obedecen?

Ante una conducta desobediente, es vital mantener la calma y evitar una reacción exagerada. Aquí es donde las habilidades de comunicación efectiva y la disciplina positiva entran en juego.

Por ejemplo, si tu hijo se niega a hacer su tarea, en lugar de castigarlo, puedes hablar con él sobre las implicaciones de no hacerlo y las responsabilidades que conlleva ser estudiante. La desobediencia también puede manifestarse en formas más agresivas, como cuando los hijos reaccionan violentamente por no querer acatar normas o ser regañados. Es fundamental enseñarles que la violencia no es una opción y que hay formas más saludables de expresar su enojo o frustración. Las rabietas son comportamientos normales y comunes en los niños pequeños, ya que a menudo no tienen la capacidad para expresar sus frustraciones o necesidades de otra manera.

niña con rabieta

Aquí presentamos algunos consejos sobre cómo manejar las rabietas y la desobediencia de un niño:

1. Mantén la calma: Lo más importante es mantener la calma cuando tu hijo tiene una rabieta. Si te alteras o te enfadas, puede que eso empeore la situación. Los niños a menudo reflejan las emociones de los adultos, así que, si te mantienes calmado, es más probable que tu hijo se calme más rápidamente.

2. Ignora el comportamiento: A veces, la mejor respuesta a una rabieta es ignorarla. Si tu hijo tiene una rabieta porque no le das lo que quiere, prestarle atención puede reforzar el comportamiento. En su lugar, trata de distraerte con otra cosa hasta que la rabieta pase.

3. Validar sus sentimientos: Es importante que le hagas saber a tu hijo que entiendes sus sentimientos. Puedes decir algo como, "Veo que estás muy enojado porque no puedes tener ese juguete". Esto puede ayudar a tu hijo a sentirse entendido y a calmar sus emociones.

4. Proporcionar alternativas: Si tu hijo tiene una rabieta porque quiere algo que no puede tener, trata de ofrecerle una alternativa. Por ejemplo, si tu hijo quiere un dulce antes de la cena, podrías ofrecerle una fruta o decirle que puede tener el dulce después de la cena.

5. Enseñar habilidades de afrontamiento: A medida que tu hijo crezca, puedes enseñarle formas más saludables de manejar la frustración. Esto podría incluir técnicas de respiración, contar hasta diez, o utilizar palabras para expresar sus sentimientos.

6. Refuerza el buen comportamiento: Cuando tu hijo maneje la frustración de una manera saludable, hazle saber que estás orgulloso de él. Esto puede ayudar a reforzar el buen comportamiento y a disminuir la probabilidad de futuras rabietas.

Recuerda, cada niño es único y lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. A veces, las rabietas pueden ser un signo de que algo más grande está sucediendo, como el estrés o un cambio importante en la vida del niño.

Si las rabietas de tu hijo son frecuentes, muy intensas, o están interfiriendo con su capacidad para funcionar, puede ser útil hablar con un profesional, como un pediatra o un psicólogo.

Mi hijo se porta mal en el colegio

Si tu hijo presenta problemas de comportamiento en el colegio, es importante establecer una comunicación abierta y colaborativa con los maestros y el personal de la escuela. Juntos, pueden desarrollar un plan de acción para abordar la conducta problemática y promover comportamientos más adecuados en el ambiente escolar.

niños portándose mal en el colegio

¿Qué errores no debemos cometer los padres cuando los hijos presentan conductas disruptivas?

Es fácil caer en ciertos errores cuando lidiamos con la desobediencia. Uno de ellos es la inconsistencia en las normas y las consecuencias. Los niños necesitan saber que las reglas son firmes y que las consecuencias son predecibles.

Otro error común es enfocarse demasiado en las conductas negativas y no reconocer las positivas. Este enfoque puede resultar en un ciclo de negatividad donde el niño se siente atrapado y reacciona con más desobediencia.

¿Cómo modificar la conducta de nuestros hijos?

Modificar la conducta de un niño puede ser un proceso desafiante que requiere paciencia y consistencia. El primer paso puede ser establecer límites claros y consecuencias apropiadas que se implementen de manera coherente.

Además, es esencial reforzar las conductas positivas. Por cada conducta negativa que intentes desalentar, debería haber una conducta positiva que estés alentando y reforzando.


Consejos para que nuestros hijos se porten bien

Aquí te ofrecemos algunos consejos prácticos:

  • Mantén una comunicación abierta y honesta con tu hijo.
  • Implementa una estructura y rutina diarias.
  • Enseña a tu hijo a entender y respetar las reglas.
  • Refuerza las conductas positivas y minimiza la atención a las conductas negativas.
  • Sé un modelo “a seguir” para tu hijo.

¿Cuándo acudir al psicólogo?

A veces, la desobediencia crónica puede ser un indicativo de problemas subyacentes más graves, como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), problemas de aprendizaje o de conducta, o incluso trastornos del espectro autista.

Si sospechas que la desobediencia de tu hijo puede estar relacionada con alguno de estos problemas, es aconsejable buscar la ayuda de un profesional.

Esperamos que esta guía te haya proporcionado una visión y herramientas útiles para abordar la desobediencia de tu hijo. Recuerda que cada niño es único, y lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. Es importante ser paciente, consistente y adaptarse a las necesidades individuales de tu hijo.

Recuerda, estos textos son de referencia general. Te recomendamos que consultes con un profesional de la salud mental para discutir las circunstancias específicas de tu hijo y obtener un plan de acción personalizado.

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