Es posible que aún no hayáis tenido la oportunidad de probar unas gafas de realidad virtual. Sin embargo, si habéis visto la espectacular Ready Player One de Steven Spielberg, lo más probable es que tengáis bastante claro lo que se pretende llegar a conseguir en un futuro cercano. Eso sí, ¡no penséis que la VR tiene únicamente carácter recreativo! El uso de la realidad virtual en la medicina avanza a un ritmo cada vez más rápido, y lo más probable es que no tardemos mucho en ver tecnología de este tipo en los hospitales públicos. Son muchas las terapias que han evolucionado una barbaridad en los últimos años gracias a las novedades tecnológicas aplicadas al terreno sanitario, pero… ¿qué es exactamente la realidad virtual? Y, sobre todo, ¿Qué puede llegar a hacer por nosotros la realidad virtual en la salud? Hoy hemos venido a hablaros de ello, de en qué punto está en la actualidad la realidad virtual en salud y de lo que se espera de ella de aquí a unos años. La verdad es que el futuro en el mundo sanitario pinta bastante bien, no os vamos a engañar. Mucha gente no se imagina la oleada tecnológica que se avecina, pero vosotros, al final de este post… ¡estaréis más al día que nadie!
¿Qué es la realidad virtual?
Imaginad que no podéis levantaros de la cama y lleváis meses viendo el techo en una habitación de hospital. O que no encontráis la motivación suficiente para afrontar una rehabilitación porque el entorno, reconozcámoslo, no ayuda. Pues bien, aunque profundizaremos un poco más en estos temas un poco más adelante, de momento esas dos sensaciones nos sirven para que vayáis tomando consciencia de lo que venimos a hablaros. La realidad virtual es una forma de representar sensaciones realistas a través del uso de tecnología. Por lo general, de unas gafas con pantallas en el interior y de unos auriculares con cancelación de ruido que hagan la experiencia aún más completa. ¿Y si salir de la rutina resultase tan sencillo como utilizar dicho equipo para evadirnos? ¿Y si pudiésemos hacer que nuestra mente pensase que en realidad está en otro lugar mucho más amable que un centro hospitalario? Gracias a la realidad virtual no hay que hablar en condicional, porque esto que os contamos puede llevarse a cabo sin ningún tipo de problema. La persona que escribe estas letras, por ejemplo, tuvo un primer contacto con la VR en un gran evento tecnológico. Allí, a pesar de estar rodeado de gente, tuvo la sensación de estar disfrutando de un paseo en una montaña rusa que, a pesar de no ser real, daba un vértigo realmente alucinante. No importaba a dónde mirases, todo estaba absolutamente recreado, desde el cielo hasta las vías por la que discurría la vagoneta. Y la verdad es que, a pesar de que la cosa estaba en pañales, ya resultaba una experiencia de aúpa. Ahora, además de esto, también hay mandos que nos permiten interactuar aún más con el entorno virtual. Hacer que la experiencia obedezca a nuestros actos, algo vital para la realidad virtual en medicina.
Equipamiento necesario para disfrutar de la realidad virtual
Lo cierto es que, para empezar a disfrutar de las posibilidades de la realidad virtual, únicamente necesitaríamos de unas gafas. Ahora bien, si queremos que la experiencia sea aún más enriquecedora, lo normal es que el sistema resulte algo más complejo:
- Gafas de realidad virtual
- Auriculares de diadema o de botón para abstraernos aún más del mundo real
- Mandos o guantes que hagan que el entorno responda a nuestras acciones (en un futuro serán sustituidos por dispositivos que obedezcan a nuestro pensamiento).
- Un emisor, si es que las gafas no son capaces de desarrollar en entorno virtual por sí mismas.
- Un software especialmente desarrollado para la experiencia que queremos vivir.
- Entorno especialmente adaptado a la actividad a desarrollar en cada momento.
Estos dos últimos puntos, que podrían resultar los más banales, son en realidad los más importantes cuando hablamos de la realidad virtual terapéutica. ¿Y eso por qué? Pues porque a la hora de disfrutar, por ejemplo, de un videojuego, de lo único que tenemos que preocuparnos es de que sea entretenido y de tener espacio de sobra para no romper nada. Cuando hablamos de realidad virtual en la medicina la cosa cambia, pero hablemos de ello con un poco más de detenimiento, que la cosa tiene su miga.
Peculiaridades de un software para el uso de la realidad virtual en la medicina
El software que se utiliza en la realidad virtual en salud debe pasar una serie de filtros mucho más exigentes que el que se usa meramente con fines recreativos. Su fin no es únicamente el de entretener, sino que debe buscar una respuesta muy específica por parte del paciente. Es decir, si queremos que la persona recobre parte de la movilidad en una zona del cuerpo muy específica, no podemos ponerle a dar una vuelta en la montaña rusa que os comentábamos antes. Sí, puede estar bien como premio al final del tratamiento, una alegría nunca está de más, pero el uso de la VR en centros sanitarios debe estar enfocado a la consecución de resultados a corto-medio plazo. Y eso solo se consigue afinando muchísimo. Es decir, no basta con que una compañía diseñe una experiencia y la lance al mercado. En este caso deben ser los propios especialistas los que soliciten la experiencia virtual en cuestión, y esta debe responder a una serie de necesidades facilitando a su vez el cumplimiento de una serie de objetivos. ¿Significa esto que la realidad virtual en la medicina es, por definición, aburrida? ¡De eso nada! Trabajar con un elemento de gamificación como esta hace que las opciones a la hora de desarrollar las experiencias digitales sean infinitas. Sí, podemos hacer que un paciente repita una tarea en repetidas ocasiones, pero… ¿no será mucho más amena para él si hacemos, por ejemplo, que reciba más o menos puntos en función de su éxito? ¿O que el público le jalee cada vez que lo haga bien? Existen infinidad de formas de hacer una misma tarea, pero la realidad virtual nos ofrece aún más formas de llevarlas a cabo, ¡y eso es una auténtica gozada!
Aplicaciones de la realidad virtual en la medicina
Hasta ahora, aunque nos hemos centrado más bien en el componente técnico, os hemos dejado caer algunas de las aplicaciones que se pueden encontrar en la realidad virtual en la medicina. Eso sí, lo más probable es que no lleguéis a imaginar ni por asomo la cantidad de usos que tendrá esta tecnología en un futuro próximo. A continuación vamos a contaros algunos de los campos en los que la VR será determinante de aquí a no muy tardar. En España, por cierto, seremos pioneros en algunas de ellas, pero no adelantemos acontecimientos… Como los futboleros, ¡partido a partido!
1. Rehabilitación con realidad virtual
Del uso de la realidad virtual en el mundo de la rehabilitación ya os hemos hablado en alguna ocasión, pero cada vez que leemos algo al respecto nos encontramos con un nuevo avance. El fenómeno de la gamificación, ‘jugar para aprender’, ha llegado pegando muy fuerte en los procesos rehabilitadores, y la verdad es que sus progresos están siendo enormes en muy poco tiempo. Nunca hay que subestimar el poder de la mente, y siempre resulta más sencillo progresar cuando la tenemos entretenida en algo agradable que cuando la obligamos a hacer algo tremendamente repetitivo. Nuestro organismo es así, lleva pasándonos desde nuestra etapa escolar: se aburre cuando menos debe hacerlo, y eso al final termina pasándonos factura. De ahí que la incorporación de la realidad virtual haya resultado clave para obtener aún mejores resultados de lo habitual. Y ojo, ¡tanto en rehabilitación física como psicológica! Cuesta creerlo, pero gran parte de culpa de recuperarnos o no de un problema físico está en nuestro cerebro, por lo que estimularlo de forma adecuada es lo que puede terminar marcando la diferencia.
2. Realidad virtual para aliviar el dolor
Sobre este tema, el de la realidad virtual como vehículo para aliviar el dolor, también os hemos hablado antes. Concretamente, os hablamos de una terapia contra el dolor que lleva implantada en el célebre hospital Cedars-Sinai. Lleva desde el año 2015 y ya ha sido probada en miles de pacientes con muy buenos resultados, todo sea dicho. ¿Y qué tiene que ver la realidad virtual en la medicina con el dolor? ¿No sería mejor utilizar fármacos? Pues no, porque resulta que el dolor, sobre todo el crónico, también encuentra su hogar en nuestra mente.
- Hay un capítulo muy bueno en House en el que un hombre que había perdido un brazo llevaba desde entonces, décadas, con un dolor insoportable en el brazo.
- El doctor, fiel a su estilo, decide ‘secuestrarle’ y organiza un curioso juego: Le mete los dos brazos en una caja de cartón, pero solo le permite ver uno. Eso sí, reflejado en un espejo que hay en el interior. De este modo, el cerebro del sujeto se ve con dos brazos por vez primera desde el incidente.
- En ese momento, House le dice que apriete muy fuerte los dos puños, muy fuerte, y tras unos segundos le pide que abra las manos y se relaje.
- El hombre, hecho un cascarrabias desde que perdió parte de su brazo, queda liberado al fin de un terrible dolor que llevaba soportando más de media vida.
Si las aplicaciones de realidad virtual que sirven para ayudar en rehabilitación tienen como objetivo activar ciertas partes de nuestro cerebro y nuestra musculatura, en esta ocasión la cosa es diferente. La aplicación de la VR contra el dolor se basa en hacer pensar al cerebro que está en otro sitio, viviendo otras sensaciones mucho más positivas. Nos hace abrir las manos y relajarnos.
3. VR para tratar la TDAH
Parece que cuando se menciona un estudio médico innovador tenemos que referirnos siempre al extranjero, ¡pero eso no es así para nada! Si hablamos de realidad virtual en la medicina, el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona lleva desde 2016 aplicando una solución bastante eficiente contra el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Este problema, que suele manifestarse a edades tempranas, es el culpable de que muchas personas no lleguen a alcanzar todas las metas que podrían estar a su alcance. ¿Y cómo ayuda esta tecnología a los pacientes? Pues generando entornos hiperrealistas en los que lo más importante es ayudar al paciente a concentrarse. Al final la gamificación consiste exactamente en eso: enseñar a las personas mediante juegos conductas que después puedan aplicar en su día a día. Conductas y recursos que se queden para siempre en sus rutinas y que les haga desenvolverse muchísimo mejor en su vida habitual. Además, teniendo en cuenta que los niños son los principales pacientes de este tipo de consultas… ¡os podéis imaginar que se lo pasan piruleta!
4. Tratar el alzheimer con realidad virtual terapéutica
Pocos males hay tan terroríficos como el alzheimer. Existen muchas enfermedades que pueden acabar con nuestra vida de forma prematura, pero el hecho de seguir viviendo sin saber quién eres, o quiénes son tus seres más queridos, se nos antoja el peor castigo que puede infligirnos la vida. Por desgracia, al ‘alemán ese que te esconde el mando de la tele’ no hay forma de darle esquinazo hoy por hoy. Sí, en otras ocasiones os hemos contado que se están probando métodos con los que llevar los medicamentos de forma más eficiente tras la barrera hematoencefálica, pero de momento toca esperar. Así pues, de momento la realidad virtual terapéutica no puede ayudar a curar el alzheimer, pero sí que mitiga de forma muy notable los posibles síntomas. ¿Y cómo lo hace?
- Recurriendo a escenas del pasado, esas en las que las neuronas del sujeto parecen refugiarse.
- Ayudando a los pacientes a recuperar ciertas capacidades cognitivas.
Además, según un grupo de científicos alemanes, el alzheimer podría detectarse con muchos años de antelación, incluso décadas, utilizando un sencillo sistema de realidad virtual. Por lo visto, recorrer un simple laberinto con unas gafas de VR podría ser la diferencia entre recordar y olvidar todo lo que amamos por siempre jamás. Se dice pronto.
5. Realidad virtual en psicología
Aunque ya hemos hablado del TDAH, un trastorno psicológico con el que ayuda muchísimo la tecnología de la que hemos venido a hablaros hoy, existen otros problemas mentales mucho más comunes que también requieren de la atención de un especialista en este campo. Por desgracia, hay ciertos contratiempos, como el miedo a ciertos animales, que no se solucionan únicamente con terapia ‘teórica’. Hay que recurrir a la práctica. Exacto, hay que exponerse, ¡aunque ya sabemos que la cosa es sencilla! Por ejemplo, por aquí no somos muy fans de las cucarachas, para qué os vamos a engañar. Y la verdad, por muy asquerosete que resulte… preferimos mil veces verlas a través de unas gafas de realidad virtual que meter la mano en una caja llena de ellas. El mundo de las fobias, amigos. Eso sí no os penséis que por el hecho de verlas en una pantalla la cosa va a resultar más sencilla… ¡al fin y al cabo, van a estar a milímetros de vuestros ojos!
6. Educación, médicos más preparados gracias a la realidad virtual
No todo uso de la realidad virtual en medicina está orientado al paciente. Uno de ellos, por ejemplo, está especialmente pensado para los médicos y el personal sanitario. ¿Y qué uso es ese? ¡Pues el pedagógico! En efecto, por muy buena que sea la teoría (que hay que saberla), hay ciertos terrenos en el que no hay nada como la práctica. El problema es que no siempre se pueden vivir tantas situaciones reales como se quisiera, y no en todos los niveles resulta seguro que intervenga un estudiante. De ahí que aprender ciertos conceptos a la vez que se ven de forma hiperrealista aunque sea digitalmente, o incluso ‘operar’ gracias a las gafas de VR resulte algo de lo más interesante. Cuanto más formados lleguen los médicos al mundo real, mejor para todos nosotros, ¿no creéis? Ya existe software que es una auténtica barbaridad para este menester, pero os aseguramos que de aquí a unos años la cosa va a ser realmente impresionante. ¿Lo mejor de todo? Que en este tipo de prácticas pueden equivocarse cuantas veces quieran, ¡no estarán haciéndole daño a nadie!
Ventajas y desventajas de la realidad virtual en la medicina
Lo cierto es que el apartado anterior ya ha estado lleno de ventajas sobre la realidad virtual en la medicina, aunque hay una, común a todos los casos, que creemos que es de las principales claves para que todo funcione como debe: se trata de un método no invasivo. Sí, en un momento dado puede hacer creer a nuestra mente que está en un lugar distinto, sintiendo cosas que poco o nada tienen que ver con la realidad. Eso sí, basta con quitarse las gafas, o únicamente uno de los cascos, para que la experiencia se termine y recobremos nuestra consciencia sin mayor problema. ¿Qué os parece si echamos un vistazo rápido por otras de sus principales virtudes?
Virtudes de la realidad virtual en la medicina
- Se trata de un medio económico para alcanzar ciertas metas.
- Una vez el paciente conoce la mecánica, puede realizar el tratamiento sin supervisión de un terapeuta.
- Los estímulos con los que puede jugar el profesional sanitario son mucho más amplios. Por ejemplo, puede decidir a qué tipo de situación debe enfrentarse el paciente. ¿Hay más gente en la calle o menos? ¿Es de día o de noche? ¿Hay tormenta o el día es soleado?
- La realidad virtual puede simular ciertas situaciones que en el mundo real podrían ser complicadas de reproducir de forma ficticia.
- A diferencia de otro tipo de terapias de control mental, el profesional médico sabe en todo momento qué es lo que está dibujando el paciente en su mente.
- La VR resulta de lo más segura.
Problemáticas que presenta la realidad virtual en la medicina
- Las personas que no están acostumbradas a este tipo de actividad pueden acusar el uso prolongado de las lentes y las pantallas.
- Aunque se aprende con el tiempo, hay que hacer especial hincapié en que no se deben hacer movimientos bruscos. Las lesiones de cuello, por ejemplo, son de lo más comunes entre pacientes primerizos.
- Los pacientes que no están acostumbrados al uso de la tecnología pueden presentar cierto rechazo hacia la realidad virtual. Eso sí, os aseguramos que tras un par de sesiones la cosa cambia.
Como veis, las ventajas de la realidad virtual en el mundo de la medicina ganan por goleada a las desventajas, tanto en cantidad como en importancia, ¡así que habrá que abrirse a ella antes de que nos coja por sorpresa!