La piel en verano está más expuesta. Llevamos menos ropa, hace más calor, sudamos más, nos ponemos al sol, vamos a la playa… ¿Sabes cómo cuidar la piel en verano y cuáles son las lesiones más frecuentes en esta época?

Consejos para el cuidado de la piel en verano

Los niños son una población especialmente sensible a los daños producidos por el sol. Esto es debido a que sus mecanismos de defensa están en desarrollo y son menos eficaces. Un 50-80% del daño por la exposición solar que recibe una persona durante toda su vida ocurre durante la infancia y adolescencia. Cada quemadura solar que padecemos a lo largo de nuestra vida va sumando y aumenta el riesgo de padecer cáncer de piel en la edad adulta. Por eso es fundamental proteger la piel de los niños en verano y tomar medidas de protección solar. A continuación, te contamos cuáles son los cuidados de la piel en verano a tener en cuenta en niños.

¿Cómo cuidar la piel de los niños?

  • Evitar la exposición solar en las horas centrales del día, entre las 12 y las 16 horas.
  • Protegerse también días nublados
  • Evitar exposiciones solares prolongadas
  • Utilizar ropa de manga larga, preferentemente con UPF.
  • Buscar sombras o utilizar sombrillas.
  • Usar ropa holgada, de algodón y de colores claros los días de más calor.
  • Utilizar gafas de sol categoría 3-4 y gorros de ala ancha
  • Utilizar cremas solares
  • Mantener al niño siempre bien hidratado.

La Asociación Española de Pediatría recomienda evitar la exposición solar en los menores de 6 meses. No usaremos fotoprotector ya que su piel es más fina y delicada y puede sufrir reacciones alérgicas o irritaciones por los componentes del protector. Entre los 6 meses y los 3 años usaremos filtros físicos o minerales y a partir de los 3 años ya podemos usar también los filtros químicos o mixtos. Elegiremos una crema de sol específica para niños, que proteja frente a la radiación UVA y UVB, resistente al agua y con un SPF mayor de 30, idealmente mayor de 50. ¿Cuándo aplicar la crema solar? Es un falso mito que haya que aplicarla 30 minutos antes de la exposición. Una vez la crema se asienta en la piel ya está ejerciendo su función protectora. Recuerda reaplicar cada 2-3 horas y después de cada baño.

Recomendaciones si es el primer verano del bebé

La piel del bebé es muy delicada, sensible e inmadura, por eso hay que cuidar la piel del bebé en verano especialmente. Los menores de 6 meses no deben exponerse de forma directa al sol, por lo que usaremos solo medidas físicas para protegerlos del sol: gorrito, ropa, sombra, evitar las horas centrales del día... Si no es posible protegerles se puede aplicar una pequeña cantidad de protector en zonas localizadas como dorso de las manos y mejillas. Usa ropa ligera y transpirable. Piensa que, si tú tienes calor el bebé también, así que no lo sobre abrigues. A partir de entonces y hasta los 3 años debemos seguir limitando la exposición solar.

Cuidar la piel atópica en verano

Generalmente la dermatitis atópica en verano mejora. La exposición moderada al sol es beneficiosa, ya que la radiación solar tiene un efecto antiinflamatorio cutáneo. Debemos cuidar que no sea excesiva, ya que el aumento de la temperatura corporal o la sudoración puede empeorar la dermatitis atópica. A la hora de comprar un protector solar debemos elegir uno a base de filtros físicos o minerales o uno específico para pieles atópicas, ya que este tipo de piel es más sensible y tiene más tendencia a desarrollar alergias cutáneas.

Los niños con piel atópica pueden ir a la playa. El sol, junto con la humedad y la temperatura templada propia de la costa ayuda a mejorarla. El agua del mar puede ser beneficiosa, aunque a algunos niños les puede irritar o picar. Tampoco hay problema con las piscinas, aunque es preferible elegir las piscinas de agua salada. Se puede aplicar una crema barrera antes de entrar al agua, seguido del fotoprotector. Después hay que duchar al niño usando un jabón syndet y secar la piel a toquecitos, usando una toalla de algodón y sin frotar. Después hidratar bien la piel con una crema emoliente. En caso de brote o placas de eccema entonces es mejor evitar la piscina.

bebé en piscina

Lesiones dermatológicas más frecuentes en niños durante el verano

1. Quemadura solar

Es el resultado de una exposición excesiva al sol. Después de unas horas tras la exposición solar la piel se pone roja y sensible, y pueden aparecer incluso ampollas. Si las quemaduras son muy extensas en niños pueden provocar fiebre, cefalea y fatiga. Una vez se produce la quemadura, debemos aplicar frío local (por ejemplo, con paños humedecidos en agua fría) para refrescar la piel, aplicar after sun o crema reparadora con ingredientes como el aloe vera o la caléndula, ofrecer líquidos, dar analgésicos si precisa para el dolor y en caso de aparición de ampollas en la piel o fiebre consultar con el pediatra.

2. Sudamina

Es una erupción producida por el calor y la sudoración, por eso la sudamina es más frecuente en verano. Son unos granitos en la piel rojos o con punto blanquecino, de pequeño tamaño, que suelen aparecer en la cara, cuello, pecho y espalda. Se produce por obstrucción de las glándulas sudoríparas y es frecuente en recién nacidos y bebés, aunque puede aparecer a cualquier edad. Lo ideal es mantener al niño lo más fresquito posible y usar ropa holgada y de tejidos transpirables. Existen productos de venta en farmacia para el alivio del picor en caso de sudamina, y en los casos más exagerados, el médico puede prescribir una crema con corticoide.

3. Picaduras de insectos

En verano los insectos están más activos y pasamos más tiempo al aire libre, por lo que las picaduras son más habituales. En caso de picadura, lava la zona con agua y jabón, aplica un antiséptico como la clorhexidina y aplica frío local. Para calmar el picor pueden ser útiles las soluciones de amoníaco (a partir de 2 años) o la calamina. En caso de reacción local exagerada se usan los corticoides tópicos o si hay mucho picor, antihistamínicos.

4. Picaduras de medusa

Puede aparecer picor, rojez, hinchazón, vesículas y pústulas. En caso de picadura no hay que rascar o frotar la zona afectada, lavar con agua marina o suero fisiológico (nunca con agua dulce), quitar los restos o trozos con pinzas o raspando con un plástico duro, aplicar frío local y desinfectar con antiséptico. No aplicar vinagre, amoniaco ni orina.

5. Pitiriasis alba

Son unas manchas blanquecinas en la piel, con escamas finas, que suelen aparecer en la cara, cuello, parte superior del tronco y raíz de brazos y piernas. Se relacionan con la exposición al sol (por lo que es frecuente que aparezcan en verano) y es más frecuente en personas con piel atópica. A veces se confunden con hongos, pero no lo son. El tratamiento es crema emoliente y protección solar.

6. Impétigo

Es una infección bacteriana de la piel, más típica del verano ya que la piel está más descubierta. Con el impétigo aparecen unas lesiones que empiezan como granitos rojos, que se transforman en una ampolla y que al romperse deja unas costras amarillentas que recuerdan a la miel (costras melicéricas). Lo más habitual es que aparezca en la cara y en las extremidades. Es muy contagioso y puede contagiarse el propio niño al rascarse o contagiar a otras personas. El tratamiento es antibiótico tópico, aunque en algunos casos puede ser necesario darlo por vía oral.

7. Molusco contagioso

Es una infección de la piel producida por un virus. Son lesiones redondeadas, de aspecto perlado, con una especie de ombligo en el centro con un contenido blanquecino. Pueden aparecer unos pocos o a veces incluso decenas. Los moluscos se curan solos, aunque pueden persistir muchos meses. En función del caso puede ser necesario tratarlos, utilizando sustancias que se aplican sobre ellos, quemándolos con frío (crioterapia), o bien quitándolos mediante una cucharilla con bordes afilados (curetaje).

8. Pie de atleta

Es una infección por hongo que afecta a los pies, especialmente entre los dedos. Aparece un enrojecimiento de la piel, picor, quemazón, grietas y descamación entre los dedos de los pies. Para evitarlos seca bien los pies después de lavarlos, evita andar descalzo en piscinas, vestuarios y duchas públicas, evita usar calzada apretado o de material sintético. Cuando la infección aparece es necesario tratar con un antifúngico.

9. Alergia al sol

O también llamada erupción polimorfa lumínica. El término alergia al sol como tal no existe, ya que es una intolerancia de la piel a la radiación solar. Son lesiones en la piel que suelen aparecer en zonas expuestas como escote, hombros y dorso de las manos, y se ven como granitos, ronchas, ampollas o pequeñas vesículas en la piel. Suelen aparecer en primavera o principios de verano, se van atenuando según pasan las semanas y suele repetirse año tras año. Suele desaparecer espontáneamente con las exposiciones repetidas a lo largo del verano. Para prevenirla es fundamental la protección solar.

¿Cuándo acudir al dermatólogo?

Cada vez hay más concienciación sobre la necesidad de protegernos del sol, no solo con el fin de prevenir las quemaduras solares, sino también para la prevención del envejecimiento cutáneo o el cáncer de piel. Además, durante el verano hay lesiones que aparecen típicamente con el calor y la exposición de la piel al sol, así que no dudes en consultar con el dermatólogo si tienes dudas sobre fotoprotección o ante la aparición de cualquier lesión sospechosa en la piel.

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