Dentro de los problemas sexuales más comunes dentro de la población masculina, encontramos la eyaculación precoz. Esta se podría definir como la insatisfacción en el momento y/o control del reflejo eyaculatorio.
¿Qué es la eyaculación precoz?
Para comprender lo que conocemos como eyaculación precoz, es importante primero entender lo que es la respuesta eyaculatoria del pene. Es importante recalcar que esta tiene características propias y que, aunque se relaciona con el orgasmo, es una respuesta diferente al mismo.
La eyaculación
La eyaculación es una respuesta refleja que consiste en la expulsión del líquido seminal por la uretra del pene. Este reflejo viene precedido por el reflejo de emisión, el proceso mediante el cual los conductos deferentes conducen el semen hasta la uretra prostática (imagen 1) tras alcanzar un umbral alto de excitación fisiológica. Esto hace que se llegue al punto de no retorno (PNR), donde resulta imposible frenar o controlar el reflejo de expulsión (o eyaculación). Por tanto, podríamos entender la eyaculación como un reflejo con tres partes: la emisión, el punto de no retorno (PNR) y la expulsión como tal.
La eyaculación está mediada por una parte de nuestro sistema nervioso que se activa de manera automática y refleja: el sistema nervioso autónomo simpático.
Esta parte del sistema nervioso también media emociones de alta activación como la ansiedad, el miedo o el estrés. Es por esto que, al eyacular, se tienen sensaciones fisiológicas parecidas a estas emociones: aceleración del ritmo cardiaco, cambio en la frecuencia respiratoria, tensión de los músculos, etc.
Por último, existe un periodo de tiempo tras la eyaculación donde resulta fisiológicamente imposible tener otra eyaculación seguida y que dificulta significativamente a que se mantenga la erección tras la misma. A este tramo de tiempo se le denomina periodo refractario y puede consistir desde minutos a días, dependiendo de diferentes variables de la persona, sobre todo de la edad.
La eyaculación precoz (o anticipada)
La Real Academia Española define precoz como ''que ocurre o sucede antes del tiempo que se considera habitual o necesario''. No existe un baremo general sobre el tiempo que se considera óptimo para eyacular, ni ante qué prácticas sexuales, pues las relaciones sexuales son diversas y cada persona tiene un contexto diferente. Es por esto que la eyaculación precoz, más que precoz, es anticipada: es decir, ocurre antes de lo que la persona quisiera que pase.
Causas de la eyaculación precoz
En concordancia con otros problemas sexuales, existen causas tanto biológicas como psicológicas (o mixtas) para la eyaculación precoz.
Causas biológicas
Dentro de las causas biológicas de la eyaculación precoz encontramos trastornos a nivel neurológico, desregulaciones hormonales y enfermedades relacionadas con la próstata y las vías urinarias. Estas variables biológicas a menudo cumplen un papel predisposicional en la disfunción, por lo que influyen en su aparición y/o mantenimiento, pero son la causa por sí misma. Siempre se recomienda ir a especialistas en el ámbito, ya sea para descartar variables biológicas o averiguar cómo pueden estar influyendo en el problema.
Causas psicológicas
La mayoría de los problemas de eyaculación precoz son de carácter psicológico, es decir, se dan como resultado de nuestra experiencia. En la mayoría de los casos, se trata de un problema de condicionamiento clásico de ansiedad, que podríamos definir como el proceso mediante el cual un estímulo (en este caso, las sensaciones previas a la eyaculación) se asocia a una respuesta refleja (ansiedad). Ya que tanto la eyaculación como la ansiedad son mediadas por el mismo sistema nervioso (como se explicó anteriormente), esto causa que la ansiedad ante estas sensaciones previas acelere la eyaculación. Por tanto, la eyaculación precoz se mantiene por una especie de profecía autocumplida: le tengo miedo a eyacular ''antes de tiempo'', eso me causa ansiedad y, por lo tanto, la eyaculación se acelera generando mayor ansiedad para las próximas relaciones sexuales.
Factores de riesgo de la eyaculación precoz
A la hora de entender las causas de cualquier disfunción sexual, es igual de importante entender las variables que pueden predisponer a su origen y/o mantenimiento que pueden ser tanto a nivel social como personal.
La manera en la que tradicionalmente concebimos las relaciones sexuales está muy estrechamente relacionada con la eyaculación precoz. Por ejemplo, socialmente tenemos una regla implícita de que el fin de las relaciones sexuales está marcado principalmente por la eyaculación del pene, lo cual viene como resultado de todavía asociar el sexo casi exclusivamente con fines reproductivos.
Del mismo modo, el coitocentrismo (la tendencia a pensar que el coito pene- vagina como práctica indispensable que consolida una relación sexual) y el falocentrismo (entender el pene erecto como condición necesaria para tener sexo) son ideas sociales que se ven agravadas por la existencia del periodo refractario, ya que tras la eyaculación es significiativamente menos probable que se pueda mantener la erección y, por tanto, también el mantener relaciones sexuales coitales.
La socialización diferencial de género (es decir, la manera en la que una sociedad nos lee y nos trata en función de ser percibidos como mujeres u hombres) también tiene mucho que ver con las disfunciones sexuales en general y la eyaculación precoz en particular.
A los hombres se les hiper responsabiliza de muchos aspectos dentro de las relaciones sexoafectivas: el coqueteo o cortejo, las invitaciones y planeación de las citas, el formalizar relaciones, el pedir matrimonio… y el sexo también es uno de esos ámbitos. Es por esto por lo que muchas veces la responsabilidad de la ''calidad'' de la relación sexual recae implícitamente en los hombres, generando mayor presión y ansiedad a cumplir con muchas expectativas, en este caso de tiempo. Por esto mismo, a menudo es el hombre quien piensa que debe ''asegurar'' el orgasmo de su pareja sexual antes que el suyo.
En cuanto a factores más personales, existen algunos que también inciden en las causas de la eyaculación precoz. Por ejemplo, una fuerte tendencia a la rumiación (la acción de darle muchas vueltas a un pensamiento o idea, generando malestar) o reacciones negativas de parejas sexuales (anteriores y/o actuales) puede aumentar la intensidad de esta asociación. Del mismo modo, la falta de aprendizaje de identificación de las sensaciones previas a la eyaculación es una variable muy presente en estos casos.
Intervención en eyaculación precoz
La eyaculación, al ser una respuesta refleja, no se puede controlar voluntariamente. Sin embargo, sí es posible eliminar la asociación de ansiedad que se puede tener con respecto a ella y controlar los pasos previos a la misma.
La intervención en eyaculación precoz siempre debe empezar por aprender a identificar las sensaciones previas al reflejo eyaculatorio. Para esto, es importante la psicoeducación sobre estos aspectos, como entender los procesos de emisión y expulsión, el punto de no retorno y la existencia de los músculos pubococcígeos (que rodean los genitales y se contraen involuntariamente durante la eyaculación).
Sin embargo, la intervención principal en esta disfunción consiste en un proceso de contracondicionamiento, que consiste en asociar las sensaciones previas a la eyaculación (la emisión), que previamente han sido asociadas a ansiedad, a sensaciones de calma.
Método de parada y arranque
El método de parada y arranque es la intervención más popular en estos casos. Este ejercicio consiste en estimular los genitales hasta llegar a las sensaciones previas de la eyaculación, momento donde se pararía todo tipo de estimulación. En este momento de parada, la persona se enfocaría en las sensaciones genitales y la respiración hasta que retorne a un estado de excitación más bajo. Luego, se reanudaría la estimulación y se haría el mismo proceso dos o tres veces más. De este modo, poco a poco se empieza a romper la asociación de emisión a ansiedad por una asociación a bajos niveles de activación.
Este ejercicio tiene una estructura jerárquica, por lo que normalmente se empieza aplicándose a la masturbación en solitario para luego ser aplicado en contextos sexuales de pareja, aumentando en dificultad progresivamente. Es importante recalcar que las especificaciones de este ejercicio deberían ser dadas por un especialista en el ámbito, en este caso, un psicólogo con especialización en sexología.
- Respuesta sexual humana- Masters y Johnson (1966)
- Manual Máster en Terapia Sexual y de Pareja con perspectiva de género: tomo II- Fundación Sexpol (2021)
- La eyaculación precóz- Helen Singer Kaplan (2003)