¿Qué es el asma?

El asma es una enfermedad crónica de las vías respiratorias. Se produce por la inflamación de la pared de los bronquios así como por la contracción de los músculos que los rodean. Esto ocasiona disminución del área por el que pasa el aire que respiramos.

El asma tiene como característica diferencial con respecto a otras enfermedades de las vías respiratorias que, esta obstrucción al flujo de aire es reversible bien sea con medicamentos o de forma espontánea.

ataque asma

¿Cómo saber si tengo asma? - Síntomas

El asma se manifiesta como:

Sensación de falta de aire (disnea).

Tos seca.

Ruidos al espirar el aire que se asemejan a un silbido (pitos/sibilancias).

Sensación de opresión en el pecho.

Todos estos síntomas no tienen que estar siempre presentes. El más característico son los pitos o sibilancias. Debemos sospechar asma ante la presencia de estos síntomas, que son habitualmente variables en tiempo e intensidad. Suelen tener predominio nocturno o de madrugada y son provocados por diferentes desencadenantes (infecciones víricas, alérgenos, humo del tabaco, ejercicio, emociones, etc.).

Las variaciones estacionales y los antecedentes familiares y personales de atopia (alergia) son aspectos importantes a considerar.

Habitualmente, aparecen varios síntomas a la vez; cuando se muestran de forma aislada, suelen ser poco predictivos de asma.

Ninguno de estos síntomas es específico del asma, de ahí la necesidad de incorporar pruebas objetivas diagnósticas: pruebas funcionales respiratorias.

Causas del asma

Factores genéticos

Tanto el asma alérgica como la no alérgica presentan un componente hereditario muy importante. La posibilidad de que un hijo tenga asma si uno de sus progenitores es asmático es del 25-50 %, y del 75 % si ambos son asmáticos. Parece que la presencia de asma en las mujeres hace que la probabilidad de herencia de asma sea más intensa.

Factores desencadenantes

Son los que motivan la aparición de síntomas del asma o su empeoramiento en pacientes con esta enfermedad.

1. Infecciones

Las infecciones virales son un desencadenante muy habitual de crisis de asma en niños y algo menos frecuente en adultos. Agravan el asma preexistente pero no son su causa. En el caso de la infección por COVID-19, se ha demostrado que esta infección no produce un cuadro más grave en los pacientes asmáticos.

2. Ejercicio

Algunos pacientes asmáticos sufren una crisis de asma al realizar ciertos ejercicios generalmente aeróbicos (a veces solo tienen tos). Algunos pacientes únicamente presentan asma al hacer ejercicio y no asma crónica.

3. Frío

Un ambiente frío y seco puede predisponer a una crisis de asma.

4. Aeroalérgenos

En aproximadamente la mitad de los asmáticos adultos y casi en el 80 % de los niños la alergia desempeña un papel importante en el desencadenamiento del asma.

Los alérgenos más relacionados con el asma son:

  • los ácaros del polvo
  • los pólenes
  • los epitelios de animales como perros, gatos, caballos, roedores
  • los hongos del ambiente
asma causado polen

5. Fármacos

Algunos pacientes asmáticos (menos del 10%) no pueden tomar antiinflamatorios porque les puede provocar una crisis grave. Suelen ser pacientes no alérgicos, con asma grave y que cursa, además, con una sinusitis intensa con poliposis. Hay que descartar la idea de que, en general, por ser asmático no se pueden consumir antiinflamatorios.

6. Emocionales

Como el estrés laboral o la risa.

Tipos de asma

Se ha clasificado habitualmente en 4 categorías: intermitente, persistente leve, persistente moderada y persistente grave.

Esta clasificación hace referencia a:

  • la frecuencia de aparición de síntomas diurnos y nocturnos
  • uso de medicación de rescate
  • limitación de las actividades cotidianas
  • a la función pulmonar
  • exacerbaciones

1. Asma intermitente

Los síntomas diurnos aparecen menos de 2 veces por semana así como el uso de medicación de rescate. Los síntomas nocturnos aparecen menos de 2 veces al mes.

No hay limitación en la actividad habitual ni exacerbaciones y la función pulmonar es normal.

2. Asma leve persistente

Los síntomas diurnos y el uso de medicación de rescate ocurre más de 2 veces por semana. Los síntomas nocturnos aparecen más de 2 veces al mes. Hay una mínima limitación en la actividad habitual. Las exacerbaciones aparecen menos de una vez al año y la función pulmonar es normal.

3. Asma moderada persistente

Los síntomas diurnos y el uso de medicación de rescate es diario. Los síntomas nocturnos aparecen más de una vez a la semana. Hay bastante limitación en la actividad habitual. Las exacerbaciones aparecen más de 2 veces al año y la función pulmonar se encuentra entre el 60-80%.

4. Asma persistente severa

Los síntomas diurnos y el uso de medicación de rescate es diario y se precisa varias veces al día. Los síntomas nocturnos son frecuentes. Hay una gran limitación en la actividad habitual. Las exacerbaciones aparecen más de 2 veces al año y la función pulmonar es menor al 60%.

El asma puede variar a lo largo del tiempo (en meses o años), por lo que es necesario reevaluarla periódicamente.

La mayoría de la población asmática padece asma intermitente o persistente leve. Estas formas aparentemente no graves de la enfermedad no deben subestimar su carácter inflamatorio. La ausencia de síntomas con las que cursan el asma leve y el intermitente precisan de una correcta valoración clínica y funcional del paciente para su correcta clasificación y ajuste en consecuencia del tratamiento.

Cómo saber si es asma o bronquitis

Los síntomas clínicos del asma se pueden confundir con otras enfermedades tanto del pulmón como de las vías respiratorias superiores. Por este motivo, se deben realizar una serie de exploraciones para confirmar la presencia de asma antes de instaurar una medicación.

- La exploración de la obstrucción bronquial se realiza mediante una espirometría y la respuesta a un broncodilatador.

Cuando estas pruebas son negativas, se deberían efectuar pruebas para demostrar que el paciente tiene unos bronquios más sensibles o hiperreactividad bronquial. Estas se realizan mediante la inhalación de productos como la metacolina, la adenosina, el manitol o aire seco y observando si se produce una obstrucción bronquial mediante espirometrías seriadas. Son pruebas bastante específicas para detectar a los enfermos asmáticos, ya que los sujetos sin asma no presentan reacción a estos productos.

- Demostración de una inflamación en los bronquios mediante el análisis del óxido nítrico en el aire exhalado; es una prueba muy fácil de realizar, pues consiste simplemente en hacer pasar el aire espirado por un aparato detector.

- Demostrar una sensibilización alérgica que pueda influir sobre el asma mediante pruebas de alergia (Prick test) o análisis de sangre.

¿Quiénes tienen mayor riesgo de padecer asma? - Factores de riesgo

Contaminación

El tipo de contaminación atmosférica actual puede que esté más relacionada con el asma. Curiosamente, los países poco desarrollados que sufrían una polución intensa procedente del carbón no tenían un mayor número de individuos asmáticos. La llamada "contaminación moderna", procedente de la combustión de los derivados del petróleo, parece que puede ejercer una marcada influencia en el asma, aunque no como causa intrínseca sino como agravante en personas que padecen asma.

Obesidad

La obesidad es un factor que agrava el asma. Los factores y las vías implicados en pacientes con asma y obesidad incluyen cambios en:

  • la función pulmonar
  • alteraciones en la dieta y los nutrientes
  • disregulación metabólica
  • cambios en el microbioma (tipos de bacterias que portamos)
  • diferencias en la regulación epigenética/genómica

Siempre se recomienda a los pacientes asmáticos que regulen su peso.

Microbioma

En los últimos años se han realizado numerosos estudios sobre el microbioma (poblaciones bacterianas) en los pacientes asmáticos. Se ha constatado que las vías respiratorias de los pacientes asmáticos tienen más bacterias patógenas que las personas sanas, hecho que aumenta en los casos de asma más grave.

Tabaco

Se sabe que el tabaco disminuye la efectividad de los tratamientos que usamos con el asma. A largo plazo los asmáticos fumadores hacen un cuadro clínico que es una mezcla de asma y EPOC o enfermedad pulmonar obstructiva crónica de los fumadores, que complica su tratamiento así como su pronóstico.

Tratamiento para el asma

El objetivo principal del tratamiento del asma es lograr y mantener el control de la enfermedad lo antes posible, además de prevenir las exacerbaciones y la obstrucción crónica al flujo aéreo, y reducir al máximo la mortalidad.

Los objetivos del tratamiento, tanto en su vertiente de controlar los síntomas diarios como en la de prevenir las exacerbaciones y la pérdida de función pulmonar pueden alcanzarse en una gran mayoría de pacientes con un tratamiento adecuado.

Para conseguirlos, se seguirá una estrategia global e individualizada a largo plazo, basada en un tratamiento farmacológico óptimo ajustado, junto a medidas de supervisión, control ambiental y educación para el asma.

medico inhalador niño

Educación e información al paciente sobre su enfermedad

Saber en qué consiste, cuál es el tratamiento, qué hacer en las distintas situaciones que se pueden presentar, cuáles son los signos que deben alertarle para aumentar o modificar el tratamiento, y cuándo tiene que consultar a un servicio de Urgencias o a su médico habitual.

Es muy importante ofrecer el máximo de información sobre los posibles efectos adversos del tratamiento y restarle miedo a los fármacos. Los profesionales deben dar las instrucciones por escrito para evitar interpretaciones equivocadas.

Tratamiento farmacológico

La mayor parte de los fármacos utilizados en el tratamiento del asma se administran por vía inhalada con muy pocos efectos secundarios.

El tratamiento del componente inflamatorio es la pieza fundamental del tratamiento a largo plazo. Para ello se utilizan, con gran éxito, corticoides inhalados en diferentes dosis. En muchas ocasiones se añade un broncodilatador de acción prolongada que abre los bronquios. La combinación de ambos suele requerir menos dosis de corticoides inhalados y mejora el control de la enfermedad.

Los llamados broncodilatadores de acción corta se utilizan en momentos en los que se necesita una broncodilatación rápida, como en casos de crisis o reagudización del asma, pero no se deberían utilizar como tratamiento único de mantenimiento a largo plazo.

Es muy importante instruir al paciente sobre el uso correcto de los inhaladores, ya que en muchas ocasiones la falta de control de la enfermedad sobreviene al realizar la técnica de inhalar estos medicamentos de forma incorrecta.

La inmunoterapia (subcutánea o sublingual) con extractos alergénicos es un tratamiento eficaz para el asma alérgica bien controlada con niveles bajos o medios de tratamiento siempre que se haya demostrado una sensibilización frente a aeroalérgenos comunes y que ésta sea clínicamente relevante. Para algunos casos de asma grave de mal control, existe una medicación inyectable llamados “fármacos biológicos”.

¿Cómo quitar el asma sin inhalador?

Evitar la exposición a un alérgeno influye directamente en el asma y se ha demostrado que es beneficioso para esta enfermedad. Un ejemplo de ello es el asma laboral.

- En el caso de los alérgenos de exterior, como los pólenes o algunos hongos, es muy difícil conseguir que el paciente no los respire. La estrategia más común es evitar la inhalación masiva, como en el caso del polen, evitando ir en moto o en el coche con las ventanas bajadas. Para que estos alérgenos no pasen al interior de las viviendas se pueden utilizar complejos aparatos de filtración de aire. En algunas ocasiones se puede recomendar el uso de mascarillas faciales.

persona mascarilla campo

- Los alérgenos de interior, como los ácaros del polvo son difíciles de evitar y las medidas recomendadas como la utilización de fundas especiales en los colchones, el uso de acaricidas o de aspiradores con filtros especiales no suelen disminuir suficientemente el nivel de ácaros como para producir una repercusión clínica importante. No obstante, siempre son recomendables, del mismo modo que lo es evitar el uso de moquetas y alfombras que acumulan polvo.

- En el caso de los animales domésticos que producen asma es recomendable que no compartan el domicilio con los pacientes.

¿Qué hacer en un ataque de asma?

Se entiende por crisis o ataque de asma aquel episodio de deterioro de la situación clínica basal de un paciente que implica la necesidad de administrar tratamiento específico.

Pueden identificarse clínicamente por aumento de los síntomas, de la necesidad de medicación de alivio o por deterioro de la función pulmonar, con respecto a la variación diaria habitual de un paciente determinado.

Su médico debe proporcionarle un plan de acción en el caso de un ataque de asma. Se trata de un conjunto de instrucciones escritas de forma individualizada para cada paciente, teniendo en cuenta la gravedad y control de su asma y el tratamiento habitual prescrito.

Su principal objetivo es la detección precoz del agravamiento del asma y la rápida instauración de acciones para su rápida remisión. El grado de control, en los que se basará el plan de acción, se puede evaluar tanto por la gravedad y frecuencia de los síntomas asmáticos, como a través del registro domiciliario diario del flujo espiratorio máximo. Este plan debe constar de dos partes básicas:

  • El tratamiento habitual para situaciones de estabilidad clínica
  • Las acciones a realizar en caso de deterioro del asma

Las crisis más leves pueden tratarse en casa por el propio paciente y en centros de Atención Primaria, siempre que se asegure una correcta valoración clínica y funcional respiratoria y de la respuesta al tratamiento en las primeras 2 horas.

Los pacientes que disponen por escrito de planes de acción para actuar ante la pérdida de control, utilizan una estrategia excelente en el manejo de crisis leves, ya que la pueden aplicar. En las crisis moderadas a graves es fundamental la valoración médica.

¿Cuándo acudir al alergólogo?

Todos los pacientes que han sufrido una crisis de asma deben ser valorados por un médico Neumólogo o Alergólogo.

Se acudirá de forma preferente al Alergólogo cuando los síntomas de asma se acompañen de clínica nasal: rinorrea, congestión, estornudos o picor nasal. Así como en el caso de que se acompañen de clínica ocular o conjuntival: lagrimeo, enrojecimiento o picor ocular. Éstos síntomas nos harán sospechar de una causa alérgica del asma. Así mismo cuando los síntomas de asma se desencadenen de forma específica en relación con aeroalérgenos como al contacto con animales, con la exposición al polvo o la humedad o de forma exclusivamente estacional (primavera).

Bibliografía
  • GEMA. Guía Española para el Manejo del Asma. http:// www.gemasma.com/.
  • Tratado de Alergología 2o edición. Ergon 2015
  • Fundamentos de Alergia e Inmunología Clínica. A. J. Pérez Pimiento. Mc Graw Hill 2020.
  • Libro de las enfermedades alérgicas de la Fundación BBVA. ISBN : 978-84- 92937-15-8.