El dolor cervical es uno de los más frecuentes de nuestra sociedad, probablemente tú que nos estás leyendo lo has padecido también en algún momento de tu vida. Y es que se estima que del 40 al 70% de la población sufre o ha sufrido alguna vez dolor cervical. Generalmente se asocia a tensión muscular y al estrés, que tanto nos afecta hoy en día.
¿Por qué se produce el dolor cervical?
Como casi cualquier dolor de origen no traumático (como un latigazo cervical en un accidente de tráfico), el dolor cervical está muy frecuentemente asociado a más factores, existiendo habitualmente varios de ellos a la vez, como son:
- Artrosis cervical
- Alteraciones posturales
- Bruxismo o tensión en la mandíbula
- Hernias discales a nivel cervical
- Sobrecarga muscular
- Desequilibrio o debilidad muscular a nivel cervical y dorsal
Además, en el dolor cervical cobran especial importancia el estrés o la tensión emocional mantenida y la alimentación que, si es inadecuada o inflamatoria, podrá generar dolor referido de alguna víscera si está alterada. El estómago, la vesícula biliar y el hígado son las vísceras que suelen repercutir a nivel cervical, dorsal y de hombro.
Síntomas asociados del dolor cervical
Es muy frecuente, además de la presencia de dolor como síntoma principal, que aparezcan otros en diferentes zonas:
- Cefaleas tensionales, principalmente en la zona posterior de la cabeza, la zona frontal o las sienes.
- Mareos, asociados normalmente a movimientos bruscos de la zona cervical. - Dolor de hombro.
- Dolor y tensión en la mandíbula por bruxismo, ya que se genera tensión en la musculatura masticatoria que puede generar dolor en la musculatura del cuello y la cabeza.
- Alteraciones neurológicas, hormigueos en las manos, falta de fuerza…
Tipos de dolor cervical según su origen
1- Dolor cervical por tensión emocional
Nuestra esfera emocional tiene repercusión de manera directa en nuestro sistema musculoesquelético, además de en el respiratorio, digestivo… Un día estresante en el trabajo, la noticia de un familiar ingresado en el hospital, emociones que no hemos sabido gestionar… Los pacientes, aunque reciban el tratamiento de fisioterapia más indicado para ellos, no terminan de mejorar, porque hay un bloqueo emocional que es necesario tratar con un/a terapeuta complementando el trabajo de fisioterapia para llegar al origen del problema. Son especialmente útiles las meditaciones conscientes y el mindfulness.
2- Dolor cervical y brazo (cervicobraquialgia)
La cervicobraquialgia es un cuadro que produce dolor en la zona cervical y en el brazo, debido a la afectación de las raíces nerviosas del plexo braquial, el cual es la red de nervios que inervan a la musculatura del brazo, antebrazo, muñeca y mano. Por ello, la cervicalgia puede acompañarse de alteraciones nerviosas, rigideces musculares y limitación del movimiento, síntomas que se pueden manifestar o irradiar hacia los brazos.
3- Dolor cervical y dorsalgia
Es muy común que las personas que sufran dolor cervical, lo hagan también en la zona dorsal, ya que todas las rigideces y tensiones musculares de la zona cervical, se referirán a la zona dorsal, y viceversa, por la implicación directa a nivel nervioso y muscular. Además, la limitación de movimiento en uno de los segmentos hará que el otro tenga que compensar esa falta de movilidad, produciendo desequilibrios articulares y musculares.
4- Dolor cervical y lumbalgia
Aunque con menos frecuencia, es también común que las personas sufran dolor cervical y lumbar a la vez. Al igual que en la zona dorsal, existe gran implicación en ambas estructuras por la conexión nerviosa y muscular que comparten.
5- Dolor cervical y afectación visceral
Todas las vísceras de nuestro cuerpo se encuentran íntimamente relacionadas entre sí y con el resto de estructuras mediante membranas, fascias, ligamentos, músculos, etc., por lo que es fundamental una adecuada sincronización entre los movimientos de todos los órganos y de estos con el resto de estructuras corporales.
Si existe algún desequilibrio en alguna de estas estructuras, otras se verán inevitablemente afectadas, como es el caso de la zona cervical con el hígado, la vesícula biliar y el estómago, cuyas disfunciones podrán producir de manera refleja, además de dolor cervical, dolor de hombro y cefaleas tensionales.
Consecuencias del dolor cervical
- Mareos: es frecuente la aparición de los mismos, especialmente en episodios de estrés.
- Insomnio: en muchas ocasiones el dolor dificulta que el sueño sea reparador y de calidad.
- Pérdida de la amplitud del movimiento en la zona cervicodorsal y en los hombros.
¿Cómo prevenir la cervicalgia?
Para prevenir el dolor cervical, es muy importante que el paciente, además de tratamiento y recomendaciones por parte del fisioterapeuta, modifique los hábitos de vida que más implicación tienen en el dolor cervical:
- Gestión y manejo del estrés, disminuir la tensión emocional es fundamental para poder mejorar el dolor cervical.
- Unos hábitos alimenticios saludables, evitando alimentos proinflamatorios.
- Evitar el sedentarismo
- Crear consciencia corporal sobre nuestras tensiones en el día a día
- Cuidar nuestra postura en nuestras diferentes actividades
Ejercicios para aliviar el dolor cervical
1- Estiramiento del trapecio
Por detrás de la espalda, nos cogeremos una muñeca y traccionaremos hacia abajo notando como el hombro desciende. A la vez, llevaremos la oreja contraria al otro hombro, sintiendo el estiramiento. Mantendremos 45’’ y cambiaremos de lado. Podemos repetirlo varias veces a lo largo del día cuando lo necesitemos, especialmente haciendo descansos en el trabajo de oficina.
2- Trabajo postural en sedestación
Nos sentaremos en una silla, con los pies apoyados en el suelo y sentados en los isquiones (los huesos que sentimos en los glúteos al sentarnos). Llevaremos los brazos a lo largo del cuerpo pensando que vamos a tocar el suelo con los dedos de las manos, sintiendo como los hombros descienden. A la vez, pensaremos que tenemos un “hilito” que nos tira de la coronilla hacia el techo, sintiendo como si nuestro cuello se “alargara”. Inspiraremos y al espirar, intensificaremos la sensación de elongación. Repetiremos 1-2 minutos 3-4 veces al día.
3- Activación de la musculatura profunda en decúbito prono (boca abajo)
Tumbados en una colchoneta en el suelo, apoyaremos una mano encima de otra y dejaremos descansar la frente encima. Con los hombros hacia abajo y la sensación de tener nuestro “hilito” en la coronilla, inspiraremos, y al espirar, levantaremos la frente sin mover la barbilla, haciendo como si nuestro cuello se siguiera alargando, como una tortuga sacando su cabeza. Repetiremos 1-2 minutos 3-4 veces al día.
Tratamiento
El tratamiento del dolor cervical tiene como objetivo principal mejorar el dolor, claro está, e irá en función de las posibles causas que podamos determinar los fisioterapeutas.
En ocasiones, es necesario recurrir al tratamiento farmacológico, pero para que el tratamiento del dolor cervical sea exitoso, no debemos quedarnos sólo en el síntoma, sino valorar al paciente de una forma integral. Para ello, será necesaria una valoración y exploración completas para determinar qué factores son los que están influyendo más en la aparición del dolor.
Así, personalizaremos el tratamiento y podremos llegar al origen u orígenes del problema. Según lo que necesite el paciente, haremos diferentes técnicas de terapia manual, ejercicio terapéutico individualizado, punción seca, vendaje neuromuscular, terapia manual visceral, terapia cráneo-sacral, reeducación postural… Y, sobre todo, recomendarle mejorar sus hábitos de vida:
- cuidar la alimentación (en ocasiones recomendamosconsultar con un nutricionista especializado),
- mejorar su estado emocional y manejo del estrés,
- evitar el sedentarismo…
La fisioterapia es sólo una pieza del engranaje, y el paciente debe ir encajando el resto de piezas para gozar de una buena salud y mejorar o eliminar su dolor.
- www.fisioterapia-online.com
- ¿Qué es una dieta sana?, de Itziar González de Arriba
- www.physionetwork.com
- www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0965229918300803