¿Qué es la vejiga hiperactiva?

La vejiga hiperactiva es la sensación constante de que se tiene que orinar con urgencia sin infección de orina u otra patología que lo justifique, no es una enfermedad sino un conjunto de síntomas. Según el estudio EPIC afecta en torno al 11.8% de la población, y este porcentaje es ligeramente superior en mujeres, pero otros estudios consideran que es incluso más frecuente, ya que aumenta con la edad.

Síntomas para detectar la vejiga hiperactiva

Algunos de estos síntomas son la necesidad repentina y no controlada (imposible de ignorar) de orinar, tener que orinar en muchas ocasiones (más de 8 veces al día) tanto de día como de noche (despertarse más de 2 veces por la noche para orinar) e incluso pueden producirse pérdidas involuntarias de orina.

Principales causas de la vejiga hiperactiva

Se han propuesto varias teorías al respecto, principalmente relacionadas con alteraciones en los nervios que conectan la vejiga y la uretra o en la sensibilidad del músculo detrusor de la vejiga. Sin embargo, no se ha identificado una causa definitiva. Estas alteraciones producen contracciones involuntarias de la musculatura, aunque el volumen de orina almacenado en la vejiga sea bajo. La vejiga hiperactiva se clasifica típicamente en húmeda y seca, según se asocie o no, incontinencia urinaria.

Algunas causas de vejiga hiperactiva son:

• Lesión neurológica, esto se conoce como vejiga neurógena y es una entidad aparte.

• Diabetes.

• Cambios hormonales durante la menopausia en mujeres.

• Debilidad o espasmos de la musculatura pélvica.

Infecciones de las vías urinarias (producen síntomas similares).

• Efectos secundarios de medicamentos como los diuréticos.

• Tumores o cálculos en la vejiga.

Ansiedad o estrés (el aumento de adrenalina o cortisol y el aumento de la tensión muscular pueden provocar sensación de urgencia miccional).

• Factores que dificultan la evacuación de la orina como la hiperplasia de próstata, estreñimiento, o cirugías previas.

Vejiga hiperactiva en niños y cuándo acudir al pediatra

Si un niño se queja de tener que orinar con urgencia y se produce un aumento del número de micciones (más de 8 al día) o nicturia (más de 2 por la noche) asociadas o no a incontinencia, esto suele deberse a un músculo detrusor de la vejiga hiperactivo, pero se debe consultar con el pediatra para descartar otras anomalías o malformaciones en el aparato urinario.

Diagnóstico para la vejiga hiperactiva

Cuando se acude a un especialista por los síntomas mencionados anteriormente, inicialmente se realiza una entrevista clínica y una exploración física. El diagnóstico de vejiga hiperactiva es clínico (esto significa que basta con que el paciente presente una serie de síntomas compatibles y la exclusión de otras enfermedades), pero existen pruebas que pueden ayudar al diagnóstico.

1. Diario Miccional

El médico puede solicitar un diario miccional, que es un registro de las veces que se va al baño a orinar y las veces que se producen pérdidas, normalmente durante unos 3-7 días. También puede ser útil registrar cuándo y cuánto líquido se ingiere, con cuánta frecuencia se siente la urgencia de ir a orinar… Esto proporciona mucha información para cuantificar la intensidad de los síntomas y posteriormente para evaluar la respuesta al tratamiento.

2. Análisis de orina

El análisis de orina puede ser útil para descartar una infección de orina, alteraciones en el sedimento urinario como presencia de sangre…



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3. Estudios urodinámicos

Consisten en la colocación de una sonda en el recto a través del ano y otra en la vejiga a través de la uretra, para medir las presiones en estos órganos durante el vaciado y llenado vesical. También se colocan unos electrodos en el suelo pélvico. El procedimiento dura unos 30-45 minutos durante los que se llena la vejiga artificialmente mediante las sondas y se miden las presiones.

4. Biomarcadores urinarios

Se ha demostrado que sustancias medibles en sangre u orina como el NGF, el ratio NGF/Cr (creatinina) o el ratio BDNF/Cr estaban aumentados en mujeres con diagnóstico de vejiga hiperactiva.

5. Pruebas complementarias

Según el criterio de su médico y en función de las necesidades de cada paciente, pueden solicitarse otras pruebas complementarias como una cistoscopia, urografía

Tratamientos para la vejiga hiperactiva

Inicialmente se realizarán tratamientos no farmacológicos como ejercicios de Kegel para fortalecer el suelo pélvico o cambios en el estilo de vida. Es esencial valorar las enfermedades adicionales que presenta el paciente, especialmente aquellas presentes en ancianos como insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal crónica, diabetes, EPOC, deterioro cognitivo, alteraciones del sueño como síndrome de apnea del sueño, depresión… Al mejorar las enfermedades mencionadas, puede mejorar la severidad de la vejiga hiperactiva. Además, algunos fármacos pueden empeorarla y se debe revisar la medicación que toma el paciente.

1. Fármacos anticolinérgicos o antimuscarínicos

Tienen un efecto relajante sobre la musculatura de la vejiga, por lo que disminuyen la urgencia, el número de micciones y las pérdidas de orina. Estos fármacos no se pueden administrar a pacientes que presenten retención urinaria (hiperplasia benigna de próstata, cálculos renoureterales…), patología obstructiva gastrointestinal o glaucoma de ángulo estrecho. Puede provocar como efecto secundario sequedad de boca, visión borrosa, estreñimiento, náuseas o indigestión entre otros. Algunos de estos fármacos son la solifenacina y la tolterodina.

2. Bótox (toxina botulínica)

Cuando las medidas más conservadoras y el tratamiento farmacológico no funcionan, se puede plantear la administración de toxina botulínica. Se inyecta mediante cistoscopia en el interior de la vejiga, en la pared vesical y previa anestesia, relajando la musculatura. Este procedimiento puede repetirse cuando su efecto haya desaparecido, con un mínimo de 4 meses entre las administraciones y es bastante eficaz, sus efectos pueden durar hasta un año (normalmente 6-9 meses). Sin embargo, algunos pacientes pueden presentar dificultades para orinar tras el tratamiento y puede aumentar el riesgo de infección urinaria.

3. Neuromodulación

Estimulación percutánea del nervio pretibial posterior (EPNT): Esta técnica consiste en colocar un electrodo mediante una aguja muy fina en la cara interna del tobillo, en una zona en la que el impulso se transmite al nervio tibial, que llegará hasta su origen en la columna vertebral y estimulará a los nervios que controlan la función vesical.

Neuromodulación sacra:

Este procedimiento es más invasivo ya que requiere la colocación de un cable en la zona baja de la espalda (en la zona del sacro), conectado a un marcapasos que el paciente o el médico pueden manipular para enviar impulsos al nervio sacro. El nervio sacro es el encargado de modular la retención y la liberación de orina. En caso de que esto funcione adecuadamente, se volverá a intervenir para colocar un marcapasos permanente.

Otras recomendaciones para la vejiga hiperactiva

1. Reducir el consumo de cafeína

La cafeína que contienen bebidas como el café, el té o refrescos, empeora los síntomas de la vejiga hiperactiva. También se recomienda evitar el consumo de bebidas alcohólicas, bebidas con gas, alimentos picantes, algunos zumos de cítricos o el chocolate.

2. Reducir la ingesta de líquidos

Limitar la ingesta de líquidos es una medida controvertida ya que esta debe ser suficiente para cubrir las necesidades fisiológicas y no provocar sed, por lo que, aunque se haya demostrado que una reducción del 25% en la ingesta de líquidos puede mejorar los síntomas, esta debe ser supervisada por un profesional basándose en un diario miccional y un registro de 24 horas la cantidad de orina y de la ingesta de líquidos.

3. Pérdida de peso

El sobrepeso y la obesidad se relacionan con un mayor riesgo de padecer incontinencia urinaria, por los que perder peso puede ser beneficioso.

4. Abandono del tabaco

El dejar de fumar es una medida general de salud pública pero además ha demostrado que mejora la urgencia y la frecuencia miccional.

5. Conductas que ayudan

5.1 Micción doble

Vaciar la vejiga en dos veces puede ser útil, se recomienda orinar con normalidad, esperar unos segundos y volver a orinar.

5.2 Micción retrasada

Consiste en esperar el máximo tiempo posible antes de ir al baño, inicialmente solo unos minutos e ir aumentando progresivamente hasta 2-3 horas. Es necesario consultar con un médico previamente, para evitar malestar o pérdidas de orina.

5.3 Micción programada

Consiste en realizar un cronograma e ir a orinar a las horas programadas, tanto si se tienen ganas como si no. Se debe establecer con su médico un horario razonable e intentar orinar cada 2-4 horas, de esta forma se evita la urgencia y se recupera el control.

6. Ejercicios de Kegel para fortalecer la musculatura del suelo pélvico

Realizar estos ejercicios con frecuencia aumenta la fuerza y la resistencia de la musculatura y modifica la configuración del suelo pélvico, haciendo más efectiva la inhibición del músculo detrusor de la vejiga y ayudando a estabilizar la uretra y mejorar su funcionamiento.



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7. Otras técnicas

Técnicas como la electroestimulación o la acupuntura han demostrado ser útiles, sin embargo, su evidencia es demasiado baja como para recomendarlas sistemáticamente.

¿Cuándo acudir al médico?

Se debe consultar con un médico si se presentan los síntomas mencionados anteriormente (1.1) y estos afectan a la calidad de vida del paciente, le impiden realizar sus actividades cotidianas con normalidad…

Aunque se da con más frecuencia en ancianos, la vejiga hiperactiva no es una parte normal del envejecimiento.

Bibliografía
  • Urology Care Foundation. www.urologyhealth.org
  • European Association of Urology Guidelines www.uroweb.org
  • Urología general de Smith y Tanagho 19ª edición. Jack W. McAninch, Tom F. Lue