¿Qué es la hipertensión?

La hipertensión arterial (HTA) es una de las enfermedades crónicas más frecuentes, afecta a una proporción importante de la población adulta y a un número creciente de niños, sobre todo en países del norte global. Es más frecuente en la raza negra y puede darse en individuos de una misma familia, también existen factores que contribuyen a su aparición como estrés, factores psicoemocionales, obesidad o la ingesta de sal.

Consiste en la elevación de la presión con la que el corazón bombea sangre hacia las arterias, influenciada por la cantidad de sangre y el calibre de las arterias. Por ello se relaciona con la arterioesclerosis, que es la acumulación de lípidos (colesterol fundamentalmente) en las paredes de las arterias.

Síntomas de la hipertensión

En general los pacientes con hipertensión arterial no notan ningún síntoma durante años. Cuando se produce una elevación aguda de la presión arterial, pueden aparecer:

  • Dolor de cabeza
  • Sensación de falta de aire
  • Mareo o alteraciones de la visión

  • Sangrado nasal (menos frecuentemente)
  • Ruido en los oídos (acúfenos)
  • Palpitaciones
  • Fatiga muscular o impotencia
  • Nicturia: muy a menudo los pacientes presentan nicturia (despertarse una o más veces por la noche para orinar), a pesar de mínima afectación de la función renal
tension alta

Valores de la hipertensión

Se define hipertensión arterial como aquella presión arterial sistólica (PAS) > 140 mmHg y una presión arterial diastólica (PAD) > 90 mmHg.

Los niveles óptimos son una PAS < 120 mmHg y una PAD < 80 mmHg, aunque esto varía según la edad del paciente, siendo menos exigentes con los niveles conforme aumenta esta. Es importante individualizar de cara al tratamiento de la HTA ya que, en ancianos, por ejemplo, si las cifras de TA son demasiado bajas puede aumentar el riesgo de caídas

Se considera presión arterial normal alta o prehipertensión cuando tenemos una PAS entre 130-139 y una PAD entre 85-89 mmHg.

Grados de hipertensión

Existen varios grados de hipertensión:

Grado 1 (leve): PAS 140-159 y PAD 90-99 mmHg.

• Grado 2 (moderada): PAS 160-179 y PAD 100-109 mmHg.

• Grado 3 (grave): PAS > o igual a 180 y PAD > o igual a 110.

Además, hay pacientes en los que se produce una elevación aislada de la presión sistólica > o igual a 140 mmHg.

Existe un fenómeno llamado HTA “de bata blanca”, en la que la presión arterial es mayor en la consulta y en domicilio o en ambiente ambulatorio puede ser incluso normal, por el estresor que puede suponer tomar la tensión en un ambiente hospitalario.

tomar tensión en ambiente hospitalario

Causas de la hipertensión

La hipertensión arterial en un 80-95% de los casos es de causa desconocida, se conoce como primaria, esencial o idiopática. No se suele buscar una causa si se controla adecuadamente con el tratamiento.

Menos frecuentemente la hipertensión puede deberse a las siguientes causas:

  • Gasto cardiaco aumentado: Aumento del volumen de sangre que bombea el corazón por causas como una fístula (comunicación anormal) arteriovenosa, insuficiencia valvular aórtica…
  • Arteriosclerosis: Por disminución de la distensibilidad de las arterias.
  • Enfermedades renales: El riñón secreta sustancias reguladoras de la presión arterial, por lo que patologías como glomerulonefritis, nefritis crónica, poliquistosis renal…, pueden condicionar la aparición de HTA.
  • Enfermedad vasculorrenal: Por el motivo anteriormente mencionado, al haber una alteración en los vasos que llevan sangre al riñón, esto puede comprometer el mantenimiento de la presión arterial.
  • Tumores secretores de renina.
  • Enfermedades que provoquen retención de sodio.
  • Enfermedades endocrinas que también alteran la secreción de sustancias reguladoras de la presión arterial por diferentes motivos, como en; “Síndrome de Cushing”, hiperaldosteronismo primario, hiperplasia suprarrenal congénita, hipotiroidismo, hiperparatiroidismo…
  • Fármacos: Anticonceptivos orales que contengan estrógenos, glucocorticoides, simpaticomiméticos, antidepresivos del grupo conocido como tricíclicos, ciclosporina, tacrolimús, eritropoyetina.
  • Sustancias que contengan mineralocorticoides como el regaliz, algunas pomadas, carbenoxolona, alimentos ricos en tiamina (vitamina B1) como carne de cerdo, sésamo, piñones, pistachos, pescado…
  • Causas neurológicas como aumento brusco de la tensión intracraneal, encefalitis, tumores cerebrales…
  • Psicógena por ansiedad, hiperventilación
  • Hipertensión inducida por el embarazo
  • Apnea obstructiva del sueño
  • Quemaduras graves, intoxicación por plomo, abuso del alcohol, hipercalcemia

Otros tipos de hipertensión

Existen otros tipos de hipertensión por otras causas que constituyen enfermedades completamente diferentes y no deben confundirse con la HTA:

1. Hipertensión craneal

Es un aumento de la presión hidrostática dentro de la cavidad craneal, ya que esta no es expansible y cualquier aumento de volumen como una obstrucción que impida la circulación del líquido cefalorraquídeo, sangrado intracraneal o un tumor que desplacen estructuras, puede alterar las presiones y tener importantes consecuencias en el Sistema Nervioso Central.

2. Hipertensión intracraneal idiopática o pseudotumor cerebral

Es una elevación de la presión intracraneal sin ninguna causa conocida. Es típico de mujeres en edad fértiles con sobrepeso u obesidad. Este aumento de la presión intracraneal puede dañar del nervio óptico y alterar la visión.

3. Hipertensión pulmonar

Es un tipo de hipertensión arterial que afecta a las arterias pulmonares y a las cavidades derechas (aurícula y ventrículos) del corazón.

hipertension pulmonar

Factores de riesgo de la hipertensión

Los factores que precipitan la aparición de hipertensión arterial con el paso del tiempo o peor pronóstico en el caso de padecerla ya son aquellos conocidos como factores de riesgo cardiovascular:

  • Grado de elevación de presión arterial (cuanto mayor sea, más riesgo).
  • Hábito tabáquico.
  • Sobrepeso u obesidad, ambos de tipo central (acumulación de grasa con predominio en el abdomen).
  • Sedentarismo.
  • Diabetes mellitus.
  • Dislipemia (elevación del colesterol LDL o niveles bajos de colesterol HDL).
  • Problemas renales como microalbuminuria (aumento de la secreción de esta proteína en la orina) o FG (filtrado glomerular) < 60 ml/min.
  • Edad (> 55 años en varones y > 65 años en mujeres), raza y sexo.
  • Antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular a edades tempranas: < 55 años en varones y < 65 años en mujeres.
  • Lesión debido a HTA en el corazón, en el sistema nervioso central, en el riñón, arteriopatía periférica o en la retina.

Consejos y recomendaciones para prevenir la hipertensión

De entre los factores de riesgo mencionados en el apartado anterior, muchos de ellos son modificables mediante cambios en el estilo de vida y, de hecho, se recomienda hacer estos cambios incluso una vez instaurada la hipertensión arterial, ya que mejoran su pronóstico y en ocasiones incluso revierten la elevación de esta sin necesidad de fármacos.

Desarrollaremos estos consejos en el siguiente apartado.

Tratamiento para la hipertensión

La primera medida que se debe tomar en todos los pacientes hipertensos es realizar cambios en el estilo de vida, independientemente de si necesitan medicación o no.

Se recomienda:

  • Dejar de fumar.
  • Dieta sin sal (< 5 g/día).
  • Aumento del consumo de vegetales, fruta fresca, pescado y ácidos grasos insaturados y disminución de carnes rojas.
  • Pérdida de peso para un índice de masa corporal (IMC) de 20-25 kg/m2 y un perímetro abdominal inferior a 94 cm en hombres y a 80 cm en mujeres.
  • Realización de ejercicio
  • Disminución del consumo de alcohol

En cuanto al tratamiento farmacológico, existen diferentes grupos de fármacos que se prescriben individualizando según las características de cada paciente.

Estos fármacos son:

  • IECAs (Inhibidores de la enzima conversora de angiotensina).
  • ARA II (Antagonistas de los receptores de angiotensina II).
  • Calcioantagonistas DHP.
  • Diuréticos.
  • Betabloqueantes.
  • Alfabloqueantes.

Salvo que se trate de una HTA muy leve o un paciente en situación especial (ancianos muy mayores o frágiles…), se comienza combinando dos fármacos. Posteriormente, si no se controla la presión arterial, se añaden fármacos, siempre comprobando antes que el paciente realiza correctamente el tratamiento. Una vez comprobado que el paciente realiza el tratamiento como debe (esto se llama adherencia terapéutica), y agotados los recursos farmacológicos, se suelen estudiar causas secundarias de hipertensión (las mencionadas en el anterior apartado).

Complicaciones de la hipertensión

La hipertensión arterial es un factor de riesgo para todas las formas de ateroesclerosis (placas de ateroma en las paredes de las arterias que provocan su oclusión progresiva).

El aumento de la presión arterial provoca un aumento exponencial del riesgo de muerte global:

  • Enfermedad cerebrovascular
  • Patología de las coronarias (las coronarias son las arterias que nutren el corazón)
  • Infarto de miocardio
  • Insuficiencia cardíaca

También produce una remodelación progresiva de las cavidades del corazón, frecuentemente:

  • Hipertrofia del ventrículo izquierdo
  • Fibrilación auricular (la arritmia más frecuente)
  • Accidentes cerebrovasculares (ictus)
  • Enfermedad en los vasos sanguíneos periféricos e insuficiencia renal, entre otros problemas

Es muy importante tener un buen control de la enfermedad para prevenir estas complicaciones, que son muy graves y en ocasiones mortales, aunque inicialmente esta enfermedad sea silenciosa.

¿Cuándo acudir al médico?

Su médico de Atención Primaria puede recomendar realizar AMPA (auto medida de la presión arterial) en su domicilio, generalmente por la mañana y por la noche durante 7 días, o con la frecuencia que considere necesario, en función de las características del paciente.

Si en algún momento en estas mediciones se observan cifras de PAS > 180 mmHg y/o PAD > 120 mmHg, se trata de una crisis hipertensiva y debe acudir a un centro sanitario para la realización de pruebas complementarias y administración de medicación si fuera necesario. Hay diferentes tipos de crisis hipertensiva: urgencia hipertensiva, en la que no hay lesión de ningún órgano diana y emergencia hipertensiva, en la que la elevación de la tensión ha dañado algún órgano, incluso de forma irreversible. Es importante por ello realizar pruebas complementarias y disminuir los niveles de presión arterial de forma controlada y nunca brusca ni excesiva.

Si se notaran síntomas como:

  • dolor de cabeza, sobre todo si es muy intenso o si provoca que el paciente se despierte por la noche
  • dolor en el pecho
  • alteraciones de la visión
  • pérdida de fuerza o sensibilidad en brazos o piernas
  • vértigo, mareo
  • palpitaciones
  • sensación de falta de aire
  • orina con sangre…

Asociados estos síntomas a elevación de la presión arterial o sin posibilidad de medición de esta, también se debe acudir a un centro sanitario.

Bibliografía
  • Farreras-Rozman: Medicina Interna, 18ª edición. C Rozman, F Cardellach, JM Ribera, A de la Sierra, S Serrano. Elsevier, 2016.
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  • Manual de Protocolos y Actuación en Urgencias del Hospital de Toledo, 5ª edición.
  • A Julián-Jiménez, R A. Juárez González, R Rubio Díaz, I Nieto Rojas. Grupo Saned, 2021. Hipertensión, complemento de Braunwald Tratado de Cardiología, 2ª edición. H R Black, W J Elliott. Elsevier, 2014.