Las revisiones pediátricas son los exámenes médicos periódicos que son llevados a cabo por un pediatra con el fin de supervisar una adecuada salud y desarrollo de un niño/a. Suelen consistir en una entrevista y una exploración completa del niño con el fin de descartar signos y enfermedades que no hayan sido apreciados por los padres, aunque en ocasiones puede coincidir con una enfermedad aguda del paciente.

Dependiendo de la comunidad autónoma e, incluso, del centro de salud, pueden variar tanto el número de revisiones como la fecha en la que se realizan las mismas. A su vez, los profesionales que llevan a cabo la revisión pueden ser diferentes en cada ocasión: pediatra, enfermera de pediatría y/o matrona. Es muy importante conocer el calendario de revisiones de tu centro de salud para no olvidar ninguna revisión, en especial aquellas correspondientes al primer año de vida.

bebé de un año en el pediatra

Durante la revisión, el profesional sanitario realiza una entrevista sobre distintos temas de salud: alimentación, sueño, hábito intestinal, relaciones familiares… Un punto importante, sobre todo en niños pequeños, es la valoración del desarrollo psicomotor y psicosocial dado que una detección precoz y una posterior intervención precoz en alteraciones del neurodesarrollo puede ser vital para una mejoría más rápida de los síntomas. Es importante puntualizar que no todos los niños alcanzarán los hitos del desarrollo psicomotor en una edad concreta sino que existe un período más o menos amplio durante el cual se considerará normal que los adquieran.

¿Con qué frecuencia hay que llevar al niño al pediatra?

No existe evidencia científica que determine el número óptimo de visitas o controles de salud en pediatría. Sin embargo, sí que se ha observado que los exámenes durante los dos primeros años de vida, especialmente en niños con factores de riesgo o enfermedades, permiten mejorar los resultados en términos de salud de una población.

La propuesta más extendida incluye entre 11 y 13 revisiones desde el nacimiento hasta los 14-16 años, la mayor parte de ellas llevadas a cabo durante los primeros dos años de vida.

Revisión del bebé de 0 a 10 días

Aunque lo ideal es realizar una visita prenatal antes del parto, la primera visita del lactante se suele realizar después del alta en el hospital (a los 2-3 días del nacimiento) y siempre antes de los 10 días. En esta primera visita se conocen los padres, el bebé y el profesional sanitario y se realiza una recogida de información muy importante para la historia del recién nacido: antecedentes familiares de 1º y 2º grado, antecedentes prenatales y fetales, información relativa al parto, resultados del cribado auditivo y de enfermedades metabólicas…

También se recoge información relativa a la alimentación, deteniéndose en la lactancia materna para resolver dudas de la madre y observar una toma de lactancia para detectar problemas de agarre. El ritmo deposicional, el sueño, la colocación del bebé al dormir y otras cuestiones se reflejan en la historia clínica.

bebé recién nacido en el pediatra

El cribado del tabaquismo pasivo, consumo de alcohol y de otras conductas peligrosas para el bebé: postura boca abajo al dormir, seguridad en el vehículo, accidentes domésticos… es imprescindible para evitar situaciones de riesgo así como mejorar conductas que, a la llegada de un miembro más a la familia, se pueden desterrar de nuestras costumbres.

Posteriormente, se realiza una exploración minuciosa del bebé, de la cabeza a los pies, con el fin de detectar anomalías que no hayan sido detectadas en el hospital. Es fundamental la auscultación cardiopulmonar, la exploración abdominal, de caderas, de genitales, de la cabeza y el cuello, de los ojos, etc. Disponer de una primera medición de peso, talla y perímetro cefálico es fundamental para contar con un valor de referencia desde el que supervisar el crecimiento en futuras visitas. En relación al peso, no hay que preocuparse si observamos un descenso respecto al peso al alta dado que todo recién nacido presenta una pérdida de peso fisiológica al nacimiento y además, todas las básculas difieren en algunos gramos según su calibración.

Revisiones durante el primer mes del bebé

Es importante hacer un seguimiento estrecho de los recién nacidos por diversos factores. El principal es asegurar una adecuada ganancia pondero-estatural lo que indicará una adecuada nutrición y una ingesta suficiente de alimentos. Se pueden reforzar conocimientos y resolver dudas relativas a problemas que vayan surgiendo en el desarrollo del bebé, a la vez que también podemos desterrar mitos o creencias que tengan los progenitores.

Durante las visitas del primer mes es un buen momento para hablar sobre la vacunación que empezará a los dos meses. Debemos resolver todas las dudas relativas a las vacunas, es imprescindible comentar información de seguridad sobre aquellas vacunas no financiadas y explicar las distintas marcas que existen de ellas. Sólo así conseguiremos que los padres no tengan dudas sobre por qué hay que vacunar a sus hijos.

bebé de 2 meses siendo vacunado

Revisiones pediátricas segundo mes del bebé

La revisión pediátrica a los dos meses de vida es muy importante. Normalmente se realiza simultáneamente con enfermería, ya que coincide con el inicio de la vacunación.

Durante la visita se llevarán a cabo las mediciones antropométricas (peso, talla y perímetro cefálico) para asegurarse de que está creciendo adecuadamente. En el examen físico completo se valorarán especialmente la forma del cráneo, la estabilidad de las caderas, la presencia de los testes en la bolsa escrotal en el caso de los varones o de sinequia vulvar (benigna) en las mujeres.

En cuanto a la evaluación del desarrollo, el bebé debe seguir objetos con la mirada y tener un buen control cefálico, tanto en sedestación como tumbado boca abajo.

En el acto de la vacunación se recomienda administrar simultáneamente el mayor número de vacunas que sean compatibles porque mejora el cumplimiento de las pautas vacunales y evita olvidos y atrasos en el calendario vacunal. Si el bebé presentara irritabilidad, febrícula o fiebre después de la vacuna podremos administrar un antitérmico como el paracetamol en formato jarabe y a la dosis correspondiente a su peso.

Toda visita es buena para que los padres hagan cualquier pregunta que tenga que ver con el cuidado del bebé y así se sientan seguros para afrontar etapas sucesivas.

Revisiones pediátricas de 4 a 24 meses

Desde los 4 meses a los 2 años de edad se llevarán a cabo una serie de revisiones del niño para asegurar su crecimiento y nutrición adecuadas en esta etapa primordial del desarrollo. Un ejemplo de revisiones podría ser el siguiente:

  • Visita a los 4 meses: en esta visita se realizará una evaluación del crecimiento y desarrollo del niño, se administrarán las vacunas correspondientes y se adelantarán conceptos sobre la introducción de alimentación complementaria y la prevención de accidentes.
  • Visita a los 6 meses: visita importante para consolidar la alimentación complementaria. Debemos supervisar un aumento de peso adecuado del niño y un balance equilibrado de los alimentos que se empiezan a introducir junto a la lactancia materna o artificial que debe mantenerse.
  • Visita a los 9 meses: se hablará con los padres sobre la importancia de la estimulación temprana y la prevención de accidentes domésticos. Es muy importante evaluar el desarrollo neurológico adecuado del niño para detectar alteraciones psicomotoras.
  • Visita a los 12 meses: se realizará una evaluación del crecimiento y desarrollo del niño, se administrarán las vacunas correspondientes a los 12 meses.
  • Visita a los 15 meses: se administrarán las vacunas correspondientes a estos meses (las últimas de la primera infancia), se examinarán los pies, la pisada y la capacidad de deambulación, se hablará con los padres sobre la necesidad de estimular el lenguaje y la prevención de enfermedades infecciosas, sobre todo en los meses invernales.
  • Visita a los 18 meses: esta visita es fundamental llevarla a cabo por el pediatra puesto que es el momento en el que se realiza el cribado del trastorno del espectro autista y se evalúa la sociabilidad del niño. Una demora diagnóstica puede condicionar alteraciones graves del neurodesarrollo y, sobre todo, un retraso en la adquisición de hitos del desarrollo que pudieran haberse alcanzado antes de haberse diagnosticado de forma más precoz.
bebé de 18 meses sociabilizando

Revisiones pediátricas de 2 a 6 años

Entre los 2 y 6 años de edad, las revisiones se espacian más porque la patología suele ser más evidente a los ojos de los padres y serán ellos quienes consulten al pediatra si observan algún signo en sus hijos. Normalmente se realiza una revisión a los 4 y 6 años, coincidiendo con la vacunación a esa edad. Los temas a abordar en esta etapa son:

  • Crecimiento y desarrollo psicomotor.
  • Salud bucodental. Es recomendable cepillar los dientes a los niños desde que erupcionan y mantener una adecuada higiene, evitando alimentos con azúcares añadidos.
  • Sueño: los hábitos de sueño se desarrollan desde la primera infancia. Un niño que duerme bien será un adulto que dormirá bien. Es importante establecer una rutina presueño bastante rígida, de manera que generamos hábitos saludables que permitan conciliar un sueño tranquilo y que sea reparador.
  • Seguridad: en toda visita, pero aún más en estas edades, es importante recordar la necesidad de repasar conceptos sobre seguridad en el automóvil, en el parque y en el domicilio, con el objetivo de evitar accidentes que pueden llegar a ser muy graves. En España la principal causa de fallecimiento de un niño de estas edades es por accidentes (lesiones no intencionadas).
  • Comportamiento: la observación del comportamiento del niño en la consulta, junto con la entrevista con los padres, puede ofrecer mucha información relativa al desarrollo social y educacional del niño. El objetivo consiste en detectar patrones anómalos de comportamiento, supervisar aquellos que sean madurativos y derivar a los especialistas correspondientes aquellos que sean subsidiarios de otras pruebas complementarias, de tratamientos farmacológicos o intervenciones terapéuticas.
niño de 4 a 6 años con mala conducta en el pediatra
  • Agudeza visual: se realiza un cribado de la agudeza visual del niño para detectar dificultades de visión que no hayan sido detectadas por los padres o profesores. Dependiendo del grado de colaboración del niño se podrán llevar a cabo en niños más o menos pequeños.
  • Control vesical y rectal: al final de esta etapa se debe haber adquirido un control vesical y defecatorio total, con el objetivo de tener una adaptación social adecuada para su edad. Si el niño no ha adquirido el control de esfínteres es importante realizar un estudio detallado para indagar en las posibles razones y descartar alguna causa orgánica.

Revisión pediátrica de 6 a 9 años

Durante este período de la infancia, los niños presentarán un crecimiento progresivo y un aumento exponencial de las habilidades motoras y sociales hasta alcanzar la preadolescencia.

Es muy importante supervisar la alimentación del niño durante este período puesto que debe ingerir suficientes calorías y proteínas para un normal crecimiento y desarrollo de sus actividades diarias. El sueño también es muy importante, recordando que deben dormir entre 9 y 11 horas al día, que es muy importante un horario regular para el sueño (con escasas variaciones los fines de semana) y un ambiente tranquilo en su habitación.

niño de 6 a 9 años que no quiere comer

Al final de esta etapa comienza la aparición de los primeros signos del desarrollo puberal: en las mujeres el endurecimiento del pezón (telarquia) y en los varones el aumento del tamaño testicular. A su vez aparecerán en distinto orden el resto de caracteres sexuales secundarios: vello púbico, axilar, olor corporalEs fundamental detectar signos de pubertad precoz para evitar un desarrollo puberal demasiado pronto, que condicionará una talla final por debajo de lo genéticamente esperado.

Revisión pediátrica a los 10 - 14 años

Llegamos a una etapa de importantes cambios: la temida adolescencia. El cuerpo del niño cambiará poco a poco hasta aproximarse al de un futuro adulto. Pero los cambios no son sólo físicos, sino que se producirán cambios psicológicos importantes en su temperamento, en sus relaciones sociales y en los intereses que prioricen, nuevos escenarios que los padres deben saber cómo afrontar.

A nivel médico se deben repasar hábitos de vida saludables: sueño, alimentación, deporte… pero debemos añadir temáticas como el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas. En nuestro medio cada vez se llevan a cabo consumos más prematuros de este tipo de sustancias y las consecuencias para el organismo pueden ser incluso letales por la inmadurez del organismo para poder procesarlas. En la mayoría de las ocasiones es necesario ser proactivos a la hora de hablar sobre sexualidad en la adolescencia y explicar los distintos métodos anticonceptivos, pudiendo así evitar prácticas sexuales de riesgo que pueden provocar infecciones de transmisión sexual incurables o embarazos no deseados.

Tampoco debemos dejar de lado en la entrevista la importancia de detectar problemas de autoestima, de imagen corporal, trastornos de la conducta alimentaria y otros problemas familiares o sociales. Un cribado a tiempo de este tipo de problemas puede evitar futuras enfermedades mentales graves, así como prevenir anorexia y suicidio.

adolescente depresivo

Revisión pediátrica a los 14 años

Llegamos a la última revisión del niño con su pediatra, al que probablemente conozca desde hace muchos años. Es un momento importante en el que repasaremos todos los temas que hemos valorado en los apartados anteriores. Asegurarse del cumplimiento completo del calendario vacunal infantil es fundamental dado que los pediatras y las enfermeras de pediatría estamos muy concienciados con la vacunación mientras que los médicos de familia pueden olvidar repasar vacunas no administradas en la infancia.

Dar consejos de salud y de autocuidado al adolescente es fundamental. Si el paciente lo desea, es posible realizar la entrevista solo con su médico para resolver dudas que los pacientes prefieran contar sin la presencia de sus padres. Un ambiente confortable de escucha permite responder cuestiones y miedos relativos a su salud que les ayudarán a dar el paso a la medicina de adultos con más facilidad.

Una situación especial ocurre en el caso de aquellos pacientes que padecen una enfermedad crónica, en los que es muy recomendable realizar una revisión conjunta con su futuro médico de familia, para realizar una transmisión adecuada de la información relativa al estado de su enfermedad y transmitir datos relevantes de la evolución de la misma que no siempre han sido recogidos de forma escrita. De esta manera afianzamos la confianza del paciente en su nuevo profesional de la salud para que le confíe con más facilidad el cuidado de su enfermedad.

Señales de alarma en la evolución del niño

Los hitos del desarrollo psicomotor son signos motores, sensitivos o sociales que se deben alcanzar para considerar un desarrollo neurológico adecuado. Los siguientes hitos y edades de adquisición corresponden al 95% de los niños considerados como normales:

  • El sostén cefálico se consigue a los 3 meses.
  • El apoyo sobre antebrazos en posición boca abajo se adquiere a los 4.5 meses.
  • El volteo se consigue a los 8 meses.
  • La sedestación estable se adquiere en torno a los 8.5 meses.
  • A los 9 meses debe haber comenzado con algún tipo de desplazamiento autónomo (gateo, reptación…)
  • De pie con apoyos a los 11 meses.
  • Deambulan con apoyos sobre los 13 meses y sin apoyos sobre los 15 meses (cinco pasos).
  • Señalar objetos con el dedo y responder a su nombre sobre los 18 meses.

No hay que forzar al niño a adquirir los hitos antes de tiempo. Es importante estimularlos con un juego libre y una actividad física adaptada para su edad. La evolución normal del desarrollo psicomotor es amplia, pero si se acerca el tiempo en el que el 95% de los niños ha conseguido un hito concreto y tu hijo no lo ha adquirido, es recomendable consultar con el pediatra.

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